Elegir correctamente la lencería no es solo un asunto de moda o vanidad, también es importante para la salud.
Usar un sostén o brassier de diseño, material y talla que nos son adecuados, puede ocasionarte dolores de espalda, cuello y hombros, incluso, daños al delicado tejido de los senos.
Esto en muchas ocasiones hace que padezcamos ciertos problemas con la lencería que llevamos puesta. Aquí te presentamos las 10 más comunes.
Te puede interesar: 6 consejos para labios más suaves
1. El aro se sale y nos clava la piel
Cuando la tela que los recubre se rompe, se clavan en nuestra piel generando ciertas lesiones. Lo ideal es no utilizar corpiños con aros metálicos.
2. Nos dejan marcas
Especialistas explican que algunos brassier restringen la circulación de la sangre y de los estrógenos, que acaban aprisionados durante horas, dejando lesiones en la piel.
También: La peligrosa moda que está invadiendo Instagram
3. Las mamas se alteran en nuestro período premenstrual
El uso del sostén nos puede ocasionar algunas molestias y dolores. Si podemos evitar utilizarlos en estas fechas sería un alivio, de lo contrario, debemos llevar un corpiño confortable.
4. Una travesía durante el embarazo o lactancia
Lo aconsejable es optar por corpiños que no compriman los pechos, que no interfieran en la evolución natural del busto que cambia de tamaño. También podemos optar por los sujetadores de lactancia, que nos brindan mayor comodidad.
5. Telas o materiales que irritan la piel
Expertos aconsejan usar telas de algodón o de texturas suaves y dóciles, y humectar la zona irritada, además de consultar con un especialista en caso de que sea necesario.
6. Quedan expuestos con determinadas prendas
Cuando el brassier asoma por sobre la blusa o vestido de una manera que no es intencional, puede arruinar el look que estamos luciendo.
7. Los sujetadores nos producen dolor de espalda
Puede que el talle y el calce sea el correcto, pero los tiradores sean cortos, justos o de un material inapropiado, que nos aprieta y nos genera lesiones en los hombros y espaldas.
Lea: Quiero lucir más joven, ¿qué puedo hacer?
8. Se nos rompen a mitad del día y tenemos que aplicar la creatividad
No todas vamos por la vida con aguja e hilo en nuestra cartera. Un clip, un gancho o un nudo pueden ser de gran ayuda en esta incómoda situación.
9. Se sube, no sujeta lo suficiente y nos sentimos demasiado “libres”
Varias horas después de usarlo, nos damos cuenta que no era el sostén indicado. No nos sujeta lo suficiente, se sube y nos deja al descubierto.
10. Se deforman cuando los lavamos
Lo aconsejable es colocarlos en una bolsa de red o en unas esferas plásticas para evitar que se abollen, se estiren o se desgasten.
Con información de El Clarín.