Visiten la gran cárcava, Sitramss y viceministro

Lo que ha salido a la luz con la cárcava es escalofriante: son varios cientos de metros de bóveda los que deben reconstruirse pues  canaliza las aguas de quebradas, por si fuera poco presenta el problema de que no es recta, sino curva.

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elsalvador.com

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2016-07-18 8:25:00

Las autoridades de Obras Públicas  podrían considerar, en aras del bien común, obligar al viceministro de Transporte y a los que apadrinan el Sitramss, a visitar la gran cárcava del Tutunichapa y oír explicaciones sobre lo que pasa bajo la superficie de las calles de la ciudad.

Aparentemente ni a unos ni a otros, ni a los del Sitramss ni al viceministro, se les ha cruzado por la cabeza que una calle no es sólo la superficie de rodaje, sino también lo que está debajo.

Inclusive lo que está debajo es más importante que lo que está por encima, pues es bajo las calles –¡óiganlo, señor viceministro y señores del Sitramss! — que corre parte de la sangre de una urbe: su agua y los ductos que conducen los deshechos a quebradas o plantas de tratamiento.

Como con el cuerpo humano, las venas, que están bajo la piel, llevan el oxígeno a las células de todo el cuerpo y asimismo limpian el organismo de toxinas, llevándolas al riñón, que es el equivalente a las plantas de tratamiento y las quebradas como el Acelhuate.

Hagan que el viceministro se haga acompañar por un ingeniero que le explique, allí, in situ, en palabras sencillas, por qué lo “de abajo” es tan importante; es seguro que al buen hombre, de tan buenas intenciones, nadie le explicó antes eso.  Y ya que estamos en el tema, que también se les sugiera al presidente Sánchez y a sus asesores y especialmente los técnicos, que visite el lugar para enterarse de cómo los continuos cambios de rutas de buses echándolas a calles ni de lejos preparadas para ese peso y ese trafico, llevarán a una catástrofe sanitaria y vial.

 Y como balance al “Buen Vivir” que se realice frente a la gran cárcava una sesión de “Mal Vivir”, de lo que puede suceder al ir colapsando las tuberías de toda la capital y se desatan pestes.

“Mal Vivir” aquí en la tierra pero esperanza de santo vivir en el otro mundo. Hay un símil árabe sobre la paja que rompe el espinazo del camello: el beduino comienza a cargar su camello con todo lo imaginable, hasta que una hebra de paja sobrepasa la resistencia del animal y le rompe la columna vertebral.

 Y de eso se trata al hablar del abuso sobre las calles de la ciudad: en un mal momento pueden comenzar a producirse cárcavas unas tras otras, cárcavas que un régimen casi fallido no podrá reparar pues carece de los recursos y el crédito para hacerlo.

Lo que ha salido a luz con la cárcava es escalofriante: son varios cientos de metros de bóveda los que deben reconstruirse ya que canaliza las aguas de quebradas, por si fuera poco, presenta el problema de que no es recta, sino curva.

Eso en sí es un trabajo de ingeniería de grandes proporciones…
 

La gorda amarrada al poste
y la ciudad sin anillos

 

Parte del problema, hay que agregar, fue la ciega oposición que los rojos hicieron a los anillos de circunvalación, llegando al extremo que, si mal no recordamos, una señora muy gorda se hizo amarrar a un poste para impedir el paso de los tractores.

Quedamos sin los anillos, nos cayó encima el Sitramss, los fenomenales atascos y el grave riesgo de más cárcavas.