El Gobierno terminará pagando este año alrededor de $780 millones solo en concepto de intereses por la deuda que está adquiriendo de todos los financistas posibles.
El año pasado pagó $597.75 millones, pero de acuerdo con estimaciones hechas por del Departamento de Estudios Económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), este año el pago podría alcanzar los $780 millones; tomando en cuenta la cantidad de préstamos que el Gobierno está adquiriendo y a pesar de que su riesgo crediticio está subiendo.
Con ese dinero el Estado podría construir 15 hospitales de La Mujer por $50 millones cada uno o 30 pasos a desnivel como el que se edificará en la zona del Rancho Navarra.
Solo en la deuda de corto plazo que el Gobierno obtiene a través de las Letras del Tesoro (Letes), se pagarán este año unos $49.7 millones más que el año pasado pues el Estado ha pasado de pagar una tasa del 2.5% por ese dinero a abonar una tasa del 6.5% en aras de obtener dinero ya.
Por la última colocación de $100 millones (de un total de $152 millones) que se hizo en el mercado internacional, hace una semana, el Estado, es decir, todos los ciudadanos, tendrán que pagar una tasa de interés del 7.25%, una tasa mucho más alta.
Según un informe del Ministerio de Hacienda, los préstamos le salen caros al país pues el 43% de la deuda nacional paga intereses que van entre el 6 y el 8%, mientras que otro 35% del endeudamiento paga tasas de entre 3 y 6%.
En el Informe de Gestión Financiera del Estado de 2015, Hacienda tuvo que desembolsar un total de $793.7 millones como servicio de la deuda, donde va incluido el pago de capital.
El dato desglosa que para la deuda interna el Gobierno abonó $68.5 millones de intereses, pero de capital, apenas fueron $6.5 millones.
Para la deuda externa, de igual forma, el pago de intereses fue de $486 millones, pero el pago de capital solo fue de $229.7 millones.
El dato es procupante si se toma en cuenta que el Gobierno actual está recurriendo cada vez más a endeudarse para financiar sus proyectos sociales y al gasto público.
El Banco Central de Reserva señala que la deuda pública total ya es de $16,877.64 millones, lo que representa el 61% del Producto Interno Bruto (PIB). Pero de seguir en este ritmo, la deuda podría convertirse en el 82.7% del PIB en 2025, es decir, en los próximos nueve años.
“El mal manejo financiero hace que paguemos más”, expuso ayer el director del departamento económico de Fusades, Álvaro Trigueros, en un seminario organizado por la organización de sociedad civil CREO.
El economista agregó que la deuda no sería un problema si la economía del país estuviera creciendo con rapidez. Sin embargo, señaló que el país se ha mantenido a la cola del crecimiento económico en la región, no atrae inversión extranjera y no está generando los suficientes empleos.
“Hay un lento crecimiento y una deuda pública incontrolable”, agregó Trigueros.
Claudio de Rosa también ve preocupante que el Gobierno esté gastando tanto dinero en intereses y sacrificando otros proyectos que luego tiene que financiar con más préstamos.
“Cada vez que aumenta sus préstamos también aumenta sus intereses”, señaló.
De corto plazo
Durante su ponencia, Álvaro Trigueros señaló que el Gobierno ha caído en una espiral de préstamos en la que solo se está aliviando el problema de corto plazo y no se están resolviendo el financiamiento sostenible.
Todos los proyectos de inversión que tendrían que estar presupuestados terminan financiándose con préstamos. También se usan créditos externos para financiar programas sociales o subsidios que tendrían que estar incluidos en el presupuesto.
Trigueros también mostró ayer a los jóvenes que el Estado sigue sin incluir gastos en su presupuesto, mismos que luego va incorporando y para lo que no tiene dinero seguro.
No incluye la totalidad del gasto de subsidios, tampoco las devoluciones de IVA a los exportadores y otros. “Vamos a una crisis si no tomamos decisiones pues sin dinero adicional los meses están contados”, señaló el analista.
Una de las alternativas planteadas por Trigueros es que se analice la reducción del gasto corriente, sobre todo en salarios públicos y recortar gastos de bienes y servicios..
José Andrés Oliva, analista económico de Fusades, señaló días atrás que el Gobierno tiene encima pagos de préstamos que lo están ahogando y para lo cual está recurriendo a obtener más deuda.
La tabla de salvación para el Estado es que los diputados aprueben al menos $1,200 millones en bonos, que podrían reducir la deuda de corto plazo y pasarla a largo plazo, igual a un refinanciamiento de la tarjeta de crédito.
Sin embargo, el economista Luis Membreño cree que es necesario buscar alternativas fiscales que le permitan al Gobierno no seguir recurriendo a préstamos y salir rápido de esa espiral que le hace pagar deuda con deuda. Acá varios economistas coinciden en la necesidad de un pacto fiscal que permita darle sostenibilidad a las finanzas del Estado; algo que hasta hace poco el Gobierno reconoció como necesario.