Después de la escena de celos que protagonizaron Irina Shayk y Bradley Cooper en la final de Wimbledon 2016, parece que la pareja de famosos ha dejado sus pequeñas diferencias de lado y decidieron pasar unos buenos y románticos momentos en el lago Garda, en el norte de Italia.
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Shayk y Cooper aprovecharon el buen clima para tomar el sol, darse un baño y pasear en lancha por las aguas del Garda.
Irina, de 30 años, lució su escultural y ahora bronceado cuerpo con un pequeño bikini amarillo. Además, la modelo rusa no tuvo pena de mostrarse “al natural”, totalmente libre de maquillaje. Bradley, por su parte, llevaba una calzoneta color naranja.
Finalmente, Irina y Bradley decidieron dar un paseo en lancha. Como buen caballero, Cooper ofreció una mano a su amada novia para ayudarla a bajarse de la lancha.