Las sentencias de la Sala

Para el FMLN, la Sala es una piedra en el zapato en su camino a copar el poder total. A ellos no les molesta la derogación de la ley de amnistía. Lo que les molesta es su independencia. 

descripción de la imagen

Plenaria Asamblea Legislativa.

/ Foto Por Jorge Reyes

Por Marvin Galeas*

2016-07-22 8:52:00

El miércoles de la semana pasada la Sala de Lo constitucional provocó un terremoto político. De las 4 sentencias que emitió las más polémicas fueron, sin duda, lo de dejar colgados de la brocha y sin escalera a los diputados suplentes y más explosiva aún: la derogación de la Ley de Amnistía. 

Al igual que muchos que ya expresaron su opinión en diversos espacios, me parece que la derogación de la ley de amnistía puede traer más problemas que beneficios. Tal medida extraordinaria se tomó porque la guerra terminó por la vía de una solución negociada. Es decir no hubo vencedores ni vencidos. 

Alguien podría alegar que la guerrilla fue vencida porque fue el bando que se desarmó y se tuvo que incorporar al sistema. Pero los guerrilleros no éramos soldados profesionales. Antes fuimos civiles que nos alzamos en armas como una forma de lucha política. Al final volvimos a ser civiles. 

Mientras tanto la Fuerza Armada, si bien no fue derrotada en el terreno militar, difícilmente volverá a ser lo que fue antes de la guerra. De 14 misiones que la Constitución le otorgaba solo le quedaron 2. Además hubo una reforma institucional, la más profunda de nuestra historia, que sentó bases sólidas para la democracia. 

Ciertamente el país sigue sumido en serios problemas. Y sin embargo, no son los mismos que tuvimos antes de la guerra. Ya no hay presos políticos, ni cárceles clandestinas, ni destierros. Nadie tiene que sumirse en la clandestinidad, ni tomar las armas como forma de lucha política. La izquierda llegó al poder por la vía de los votos. Y ojalá lo entregue cuando pierda, con la misma facilidad que lo hizo ARENA. Sin tanto drama. 

Hoy tenemos otros problemas. Agudos. Dolorosos. La violencia es uno de ellos. No es violencia con fines políticos, pero siempre hay una enorme cantidad de muertos cada año. El problema de las pandillas tiene solución, porque todo lo tiene. Otra cosa es que por negligencia, conveniencias políticas o lo que sea, no se le ha encontrado la forma para resolverlo.

 Volviendo al tema de la amnistía, vale decir que ese fue el precio que se tuvo que pagar, dejar atrás el pasado, para asegurarnos un futuro en paz. Cuando se aprobó la ley de amnistía nadie protestó, o quizá sí pero fueron pocos, precisamente porque la guerra tuvo una solución política negociada. Seguramente si un bando hubiese vencido en el terreno militar, hubiésemos sido testigos de juicios a los derrotados y quizá hasta fusilamientos, en el caso de que hubiese ganado el FMLN. 

Y sin embargo, como decía un expresidente, nos guste o no nos guste, se trata de una sentencia de la Sala de lo Constitucional, que se debe acatar y punto. El FMLN quiere hacer caja, formando un consenso en contra de la Sala. Y es que para el partido en el poder, esa es una piedra en el zapato en su camino a copar el poder total. A ellos no les molesta la derogación de la ley de amnistía. Lo que les molesta es su independencia. 

Nadie debe caer en la trampa de armar consenso contra esa valiente institución que ha mantenido funcionando, aunque sea a medio gas, nuestra cada vez más amenazada democracia. Podemos no estar de acuerdo con algunas de sus sentencias, podemos razonarlas, criticarlas. Pero lo que no podemos hacer es sumarnos a la sacudida a la que invita el comandante Medardo o a la parada en seco, que pregona el señor Ruiz.

 Hay que recordar que en el pasado y pálido foro de Sao Paulo, celebrado en nuestra capital, los partidos chavistas se trazaron como objetivo fundamental la toma de los órganos judiciales. En Nicaragua, antes de encaramarse a la presidencia, Ortega tenía ya en el bolsillo el poder judicial. Era él quien desde un escritorio en la sede del Partido, decidía quien iba preso y quien no. 

El FMLN quiere todo el poder, y lo quiere para siempre. Si logran “parar en seco” a los magistrados que la conforman, o llenarla tras las elecciones de 2018, con sus cuadros, podríamos decirle adiós a la alternancia en el poder. Toca pues, defender a toda costa a la Sala de lo Constitucional. 
    
*Columnista de El Diario de Hoy.