40,000 plazas más en el Estado

Solo en los gobiernos del FMLN se han contratado 3l, 562 nuevas plazas a pesar de que a partir de 2009 se suprimieron plazas en el sector privado por la crisis financiera.

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Foto Por Jessica Orellana

Por Karen Molina

2016-07-28 9:00:00

La austeridad no aplica cuando se trata de contratar a más personal en el Gobierno. Los datos de los cotizantes del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) muestran que el Estado ha contratado a 37,641 nuevos burócratas en diferentes puestos gubernamentales, desde los ministerios hasta las instituciones autónomas y alcaldías en los últimos 16 años.

La mayor parte de las contrataciones se dieron a partir de 2009: 31,562 plazas más, según los datos del ISSS.

Al terminar diciembre de 2000, el número de empleados públicos fue de 123,431, pero a abril de este año el número alcanza los 161,072 burócratas, es decir que ahora hay 37,641 empleados más. 

Y si se toma como base el número de plazas que se incluyen en los proyectos de presupuesto de cada año, la cifra es mayor, pues los datos indican que entre 2009 y 2016, el empleo público creció en 42,732 nuevas plazas. 

El grueso de la contratación comenzó justamente a partir de 2009, cuando se incluyeron un total de 31,562 personas en puestos gubernamentales, según los datos del ISSS.

Solo en la administración del presidente Salvador Sánchez Cerén, la planilla de empleados públicos ha crecido en 2,466, a pesar de que él mismo reconoció en junio de 2014 un exceso de plazas creado en la administración de su antecesor, Mauricio Funes, y se comprometió a reducir el gasto en salarios en su administración. 

Los datos oficiales  indican que en 2009 los empleados públicos registrados eran 129,510 en total; sin embargo, hasta abril de este año el número de burócratas ya alcanza los 161,072, cuyos salarios se pagan con los impuestos del resto de la población. 

El sistema de información de Recursos Humanos del Ministerio de Hacienda incluso cuenta a más. Según este dato, los empleados públicos sumaban un total de 161, 623 a diciembre de 2015 sin contar  los empleados del Ministerio de Defensa, el Órgano Judicial y el Órgano Legislativo así como la Corte de Cuentas y las empresas públicas. 

Las cifras varían, pero según el economista de Funde, Carlos Pérez Trejo, la tendencia al alza es la misma. 

Tampoco se cuentan los empleados que se contratan por cierto tiempo bajo la denominación de “servicios profesionales”, y que se contratan en su mayoría para consultorías u otro trabajo temporal. 

Según un estudio de la Asociación Salvadoreña de Industriales, solo Casa Presidencial ha sumado 1,805 plazas desde el 2010, aumentando su gasto en salarios en $150 millones anuales.

La mayoría de los empleados públicos son contratados por las 25 instituciones que forman parte del Gobierno Central. Ahí se cuentan los principales ministerios estatales así como la Presidencia de la República, Tribunal Supremo Electoral, etc. 

Solo en este rubro están contratados un total de 93,774 burócratas. 

Otro aumento significativo de los empleados públicos se registra en las alcaldías, en las que los trabajadores son contratados por “confianza” y con base a sus preferencias políticas. 

Los datos indican que se pasó de tener 12,610 empleados municipales en 2000 a 27,695  empleados en lo que va de 2016. 


INFOGRAFÍAS

Así se distribuyen los empleos en El Salvador

Las estadísticas del Instituto Salvadoreño del Seguro Social de los últimos 16 años nos muestran cómo están distribuidos los empleos formales en el país, tanto en el sector público como en el formal. Los datos no reflejan los empleos del sector informal.

Altos sueldos 

El grueso de los empleados públicos reciben sueldos de entre $300 a $600, pero cada vez son más los burócratas que ganan salarios de entre $1,300 y $1,600 dólares, pues según las tablas del Ministerio de Hacienda, en 2009 solo 2,488 trabajadores ganaban esa cantidad. En 2015 ese número ya era de 8,067 empleados. 

También ha crecido el número de empleados que gana un salario de entre $600 y $1,000. En 2009 solo eran 47,146 y ahora ya suman 71,457, es decir que hay 24,311 empleados adicionales. 

Y si se toma en cuenta cuál es el nivel educativo de los burócratas, los datos del Ministerio de Hacienda señalan que cada vez más hay empleados públicos con educación básica. En 2006 eran 8,356 los empleados con este nivel educativo, pero en 2015 ya eran 13,551. 

La crisis fiscal ahora afecta contrataciones

Este año, particularmente los números han cambiado. Las cifras del ISSS muestran una reducción de 1,916 plazas en el sector público. 

El analista del Departamento de Estudios Económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social, Fusades, Pedro Argumedo, relaciona esta reducción al problema fiscal que enfrenta el Gobierno. Al no tener liquidez suficiente, ha dejado de contratar a personal en sus planillas y recortado en algunas áreas. 

“El Gobierno está teniendo dificultades para pagar todos sus gastos. Esto lo ha obligado a recortar personal”, dijo Argumedo. 

El experto asegura que si la situación fiscal continúa apretada en los próximos meses, las plazas se reducirán gradualmente. 

Argumedo cree que esto es bueno si se toma en cuenta el aumento de plazas de los últimos años. “El Gobierno tiene que comenzar a quitar la grasa de algunas áreas del Estado y hacer más eficiente el trabajo”, señaló. 

La medida, no obstante, no podría hacerse de la noche a la mañana pues de acuerdo con Carlos Pérez Trejo, cuando una persona se convierte en un empleado público, la ley le atribuye muchas prerrogativas y le ampara ante cualquier despido pues para ello tiene que hacer un proceso que dura varios meses, y para lo cual también se puede recurrir a la Corte Suprema de Justicia. 

“Es difícil despedir a los empleados públicos porque tiene su proceso”, dijo el economista. 

Sin embargo, asegura que se podría depurar la planilla de burócratas con justificación legal. Uno de los pasos que se podrían seguir sería dejar de trasladar los trabajos por ley de salario a contratos prorrogables por un año, con lo cual se podría prescindir de alguien bajo amparo legal.