Hace 15 años el guatemalteco Jaime Viñals realizó esa proeza, que muy pocos en el mundo pueden hacer: conquistó la cumbre del Monte Everest, la más alta del mundo, y se convirtió en el primer montañista de Centroamérica y del Caribe en llegar al “techo del mundo”, como se le conoce a esa cima, que tiene una altura de 8, 848 metros.
Pero llegar al punto más alto del planeta no ha sido el único logro importante de este intrépido chapín. En su trayectoria como escalador, iniciada a finales de los años 80, ha obtenido otros triunfos, entre ellos convertirse en el primer latinoamericano en escalar exitosamente el reto de “Las siete cumbres del mundo” y ser el primero en toda la Tierra en haber finalizado el reto de “Las siete islas del mundo”.
“Se me dio la oportunidad, supe del reto y del trabajo duro que implicaba alcanzarlo. No fue nada complicado decidir hacerlo, lo complicado fue lograrlo”, expresa.
En la actualidad, además de dedicarse al montañismo, este guatemalteco de espíritu aventurero es conferencista internacional sobre temas motivacionales dirigidos a diferentes empresas.
Según Viñals, su propósito como conferencista está encaminado a motivar al público a que crea firmemente en ellos y a que alcancen las cumbres de sus vidas. Su mensaje incita a no perder la capacidad del asombro, de la belleza de la vida y a luchar por alcanzar las metas.
“No importa cuáles sean las cumbres, lo importante es trabajar para lograrlas y merecerlas. Ese también es el objetivo de los seis libros que he publicado”, manifiesta Viñals, quien también es biólogo de profesión.