Sí estoy de acuerdo
Moises A. Rivera
Todo gobierno en el mundo define quiénes son sus principales países aliados en lo político, económico, tecnológico, ante posibles guerras que se puedan desarrollar; no existe gobernante que establezca una correlación sin que tenga un grado de afinidad ideológica para formalizar acercamientos con los países que estén vinculados a su política exterior, desde Estados Unidos hasta China la ejercen sin restricciones bajo los términos que he mencionado.
El Salvador bajo autodeterminación de ser un Estado soberano, libre e independiente y por medio de la administración ejecutiva de un gobierno elegido democráticamente, establece las prioridades de esa política exterior que por cinco años buscará fortalecer los relaciones que sean necesarias con otros países.
En este sentido durante los gobiernos de ARENA, especialmente los que fueron administrados por los expresidentes Francisco Flores y Tony Saca, El Salvador bajo esa autodeterminación de ser un Estado soberano, dinamizó las alianzas no solo diplomáticas sino políticas-ideológicas con países como Taiwán y Estados Unidos.
De todos es conocido las implicaciones de esas alianzas que generó los gobiernos areneros con Taiwán durante la administración del expresidente Flores y sobre todo la injerencia de los $10 millones donados por ese país que incidieron en las elecciones presidenciales del 2004, dónde resulto ganador el candidato del partido ARENA, Tony Saca.
Además, el 11 de abril de 2002, el mismo gobierno del expresidente Flores, cuando se suscitó el fallido golpe de Estado contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fue el único país de Latinoamérica que reconoció el gobierno golpista de Pedro Francisco Carmona y jamás se retractó de esa decisión nefasta, incluso le otorgó asilo político a uno de los principales gestores del golpe, el contraalmirante venezolano, Carlos Molina Tamayo.
De la misma manera actuó el gobierno de ARENA administrado por Tony Saca; involucró al país en una guerra liderada por Estados Unidos contra los talibanes en Afganistán, dónde se derramó sangre salvadoreña en aquellas tierras a costa de defender una falsa libertad que representaba los intereses del gobierno estadounidense de George W. Bush.
El primer gobierno del FMLN, administrado por el expresidente Mauricio Funes, también ejerció la misma autodeterminación y desde la política exterior que implementó, luego de 40 años de rompimiento diplomático, normalizó las relaciones con la República de Cuba, además de reconocer a Palestina como Estado Independiente.
Por lo cual el gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén tiene toda la legalidad, la representatividad y la autodeterminación para establecer su propia política exterior y si dentro del bloque de naciones que El Salvador forma parte algún gobierno aliado es depuesto por medio de golpe de Estado, destitución legislativa o judicial, tiene la potestad de tomar las decisiones que considere conveniente para mostrar su respaldo y solidaridad, tal y como lo ha hecho con la presidenta constitucional de Brasil, Dilma Rousseff.
No sé cuál es el escándalo si el actual gobierno del FMLN ha actuado bajo la afinidad de sus principios ideológicos con los dos gobiernos brasileños administrados por el Partido de los Trabajadores; así como cuando ARENA gobernó y fueron afines ideológicamente con el gobierno taiwanés de Chen Shui-Bian y la administración del presidente estadounidense, George W. Bush.
Cada país obrará con actos determinados según el gobierno que esté en el poder y la política exterior que ejecute irá encaminada a los intereses que mejor le convengan, en el caso que El Salvador haya desconocido el gobierno brasileño interino, es por la vinculación histórica e ideológica entre el FMLN y PT y esta decisión, aunque no les guste a muchos, es totalmente válida, porque responde a la agenda de la política exterior que el presidente Cerén ha establecido en sus cinco años de gobierno.
Por lo tanto retirar a la embajadora salvadoreña en Brasil fue una decisión acertada por parte del presidente, porque tiene la investidura, legitimidad y representatividad de la mayoría de salvadoreños para hacerlo.
* Fundador y excoordinador general de Líderes Solidarios
Twitter: @_MoisesRivera_
No estoy de acuerdo
Fernando Bautista
La reacción del Gobierno de El Salvador frente al proceso constitucional en Brasil es un vergonzoso episodio en la historia de las relaciones internacionales y la política exterior de nuestro país que merece estudio y análisis sobre cómo distinguir la política exterior de un Estado de los intereses partidarios del gobierno de turno.
Salen sobrando las opiniones personales, o afinidades políticas, hacia Dilma Rousseff, Michel Temer, o cualquiera de los legisladores que votaron a favor o en contra del “Impeachment”. La política exterior de nuestro país debe tratarse como algo serio, y la accidentada reacción basada claramente en motivaciones ideológicos puso en riesgo la amistad que se ha construido entre ambas naciones.
Lo más preocupante es que parecíamos tener dos voceros en materia diplomática, uno en Casa Presidencial con agenda partidaria y otro en la Cancillería con el interés diplomático de nuestro país. El hecho que un día llamamos a nuestra Embajadora “a consultas” y el siguiente día retrocedemos con explicaciones contradictorias es de por sí vergonzoso. Ese duro blandito, ese sí pero no, puede tener consecuencias reales en nuestras relaciones diplomáticas. El extremo: romper las relaciones diplomáticas, o inclusive llamar a la embajadora a consultas, es un recurso legítimo que debe reservarse para cuando los intereses del Estado salvadoreño se encuentren amenazados. Al final de la historia se suavizó la postura institucional a favor de la visión diplomática mesurada y responsable de la Cancillería.
Buscar “golpes de Estado” en procedimientos regulados por constituciones aparece como propaganda política. Solo por que un gobernante fue electo por medio del voto popular no significa cheque en blanco y situarse por encima de las normas constitucionales. Ni en El Salvador, ni en Brasil, los funcionarios (ni empresarios, ni dirigentes partidarios) deben estar por encima de la Ley. La Constitución de Brasil contempla un procedimiento claramente establecido sobre cómo proceder ante una posible falta de un mandatario. Dicho procedimiento no fue diseñado a la medida de la Presidente Rousseff, fue establecido desde mucho antes.
Procedimientos para investigar, o remover a funcionarios (en algunos casos se conoce como “impeachment”) existen en diferentes países. Por mencionar ejemplos: La Constitución de Estados Unidos contempla el “impeachment” del Presidente, y ha sido usado en contra de Andrew Johnson y Bill Clinton, sin constituirse esto en un Golpe de Estado. En El Salvador, nuestra Constitución establece responsabilidades que los funcionarios públicos deben asumir si cometen delitos. Si la Presidente Rousseff es culpable o no, se puede discutir en otra columna, pero poco tiene que ver en la relación diplomática entre dos Estados.
Un partido político puede legítimamente manifestarse a favor o en contra de una acción en el extranjero, pero utilizar los canales diplomáticos para hacerlo es un grave error. (Tampoco se puede justificar con errores diplomáticos del pasado). Sin embargo, la reacción inicial del Gobierno parecía una medida para ejercer presión en los asuntos internos de otro país. El episodio es vergonzoso ya que fue necesario recibir una nota del Gobierno brasileño, interino o no, explicando al Gobierno salvadoreño los pormenores de su asunto interno para corregirlo.
La política exterior, y la diplomacia, requieren que separemos las consideraciones políticas y personales, de las políticas públicas. A todas luces, el impeachment de Rousseff es tan brasileño como la samba o la Caipirinha. A menos que nos interese escuchar a los salvadoreños las opiniones de los brasileños sobre las pupusas o el atol de maíz tostado: sugiero dejarle los problemas internos de Brasil (que no afectan en ninguna forma a los salvadoreños) a los brasileños, y fomentar una relación recíproca de amistad y cooperación entre ambos estados soberanos.
* Director Nacional de la Juventud de ARENA. Diputado electo al Parlamento Centroamericano
Twitter: @ferbautista