Marilyn Monroe, que hoy cumpliría 90 años, sigue siendo la chica del póster, el símbolo sexual más grande que ha generado Hollywood. Su sonrisa es eterna y su bello rostro perenne, ya que su muerte a los 36 años –a causa de una sobredosis de barbitúricos en circunstancias poco claras- la inmortalizó para siempre joven. Ya sea en los retratos cándidos de adolescente, en la mítica imagen donde se le levanta la falda sobre la rejilla del metro en Avenida Lexington y 52 o el memorable arte creado por Andy Warhol que aparecería en las latas de sopas Campbell.
Fue una mujer de múltiples hombres… Tuvo tres esposos -James Dougherty, el beisbolista Joe DiMaggio y el escritor Arthur Miller- y se le atribuyen cientos de romances, entre ellos con el presidente John F. Kennedy, a quien le cantó el feliz cumpleaños en una escena tan o más recordada que cualquiera de sus películas.
También tuvo múltiples nombres. Nació como Norma Jeane Mortenson, pero la bautizaron como Norma Jeane Baker. Cuando era modelo se presentaba como Jean Norman o Mona Monroe. Su primer trabajo en el cine lo firmó como Jean Adair. En los hoteles lo hacía como Zelda Zonk y cuando se registró en una clínica psiquiátrica utilizaba el nombre de Faye Miller. En 1956, a los 30 años, hizo los trámites correspondientes para ser legalmente Marilyn Monroe. Para todos, sin embargo, siempre será simplemente Marilyn.