Obras son amores, y no buenas razones

Pareciera que antes de convertirse en  obras, las buenas razones se tornaron en insultos y acusaciones, llegando  Medardo González a tildar  a empresarios y opositores de ladrar.

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El incendió ocurrió el viernes por la tarde en un negocio de textiles, en la ciudad de San Miguel.

/ Foto Por Carlos Segovia

Por Teresa Guevara de López*

2016-06-04 8:55:00

El reciente acercamiento de Sánchez Cerén con la ANEP despertó algunas esperanzas de que cesarían las confrontaciones para llegar a un entendimiento productivo. Pero pareciera que antes de convertirse en obras, las buenas razones se tornaron en insultos y acusaciones, llegando Medardo González a tildar a empresarios y opositores de ladrar, demostrando que admira la vulgaridad desplegada por el presidente Maduro, al insultar al Secretario General de la OEA.

En la Asamblea Legislativa, el mandatario describió estos dos años como un cuento de hadas, con logros jamás antes alcanzados en todas las áreas, lo que ha hecho a la ciudadanía preguntarse si leyó un discurso equivocado, que describía el Paraíso Terrenal antes del pecado original. Parece no afectarle que cualquier salvadoreño puede desmentir cada palabra del discurso.

Se enorgullece del programa una computadora por niño, aunque reciente información indica que las famosas Lempitas, tienen apenas un año de duración, que son de difícil reparación, y que de nada sirven si en la escuela no hay energía, ni fondos para pagar el internet.

En Economía anuncia un inédito crecimiento del 2.5 %, aunque analistas de FUNDE lo atribuyen a maquillaje, alterando el PIB del 2014, para reflejar un crecimiento mayor en 2015. En Seguridad alabó las exitosas medidas de emergencia en las cárceles bloqueando las señales telefónicas. Aunque un día después, el fiscal denunció que desde el penal de Izalco se habían realizado más de 145 llamadas a pandilleros en libertad.

En Salud anunció la construcción de otro hospital, sin explicar por qué se está cayendo el de Maternidad, no hay medicinas ni vacunas, ni el creciente descontento entre los médicos, porque especialistas experimentados están siendo removidos de sus cargos, y sustituidos por galenos sin ninguna experiencia, pero fieles al partido.

Pero este histórico relato de ciencia ficción se quedó corto ante el segundo acto de la comedia, que se convirtió en la calle en un mitin político, con más insultos y mentiras. El presidente y sus funcionarios se despojaron de sus vestiduras formales, y ante una multitud vociferante, se convirtieron en agitadores políticos.

Total falta de respeto a los automovilistas, que soportaron por horas, las consecuencias del cierre de calles. Pero más condenable la falta de ética al permitir que empleados públicos de los departamentos marcaran tarjeta, fingiendo que habían trabajado, porque venían a la capital para una capacitación. Corrupción evidente la asistencia de cientos de burócratas que abandonaron sus trabajos y fueron trasladados en vehículos nacionales, portando pancartas de apoyo al gobierno y luciendo los uniformes de su institución. 

La intervención de Medardo González generó clamorosos aplausos, al asegurar que con los empleos creados por el FMLN se termina el desempleo. Desestimó las enormes colas en las ferias de empleo, con miles de decepcionados con la única opción de irse a la informalidad o seguir aumentando el número de ninis.

Insistió en la reforma de pensiones con curiosas modificaciones. Nidia Díaz anunció la creación de una AFP estatal, que cobrará el módico 6 % anual por administración, en lugar del 12 % que cobran las AFP privadas. El pueblo engañado desconoce que las AFP cobran un 2 %, regulado por la Asamblea.

El referirse al Presidente como “Leonel”, su nombre de comandante guerrillero, demuestran que los Acuerdos de Paz son documentos sin valor alguno, y que lejos de buscar la democracia, se mantienen fieles a su ideología de mantenerse en el poder y convertir a El Salvador en un estado totalitario. Más claro, el agua. No nos dejemos engañar con buenas palabras, luego desmentidas con peligrosas amenazas. 

*Columnista de El Diario de Hoy.