No escuché el discurso del país de las maravillas, pero me imagino que de la Selecta dijo: “en estos cuatro, perdón, dos años de gobierno, hemos vitaminado a los muchachos para que jueguen más mejor, veeá… tengan paciencia… ehhh”.
No, profesor presidente. La paciencia se terminó.
Para aprender de la materia, pues confieso que de fútbol soy un cero a la zurda, me tomé un par con un primo quien, en vez de Channel #5, suda pelotas #5.
Emocionado, agarra la guitarra el primo, y me cuenta que el primer mascón de fútbol en Cuscatlán se jugó en 1899 en Santa Ana, entre un once de la capital, contra la Sucursal del Cielo. Gracias a la Morena, ganó la Sucursal 2 a 0.
Pero la Selecta como embajadora salvadoreña en las catedrales engramadas de todo el mundo jugó su primer mascón en 1921 en la Copa Independencia de Chapinlandia, en honor al centenario de libertad. Debutamos con pie zurdo, pues la Suiza centroamericana nos clavó un doloroso 7 a 0. ¡Pura vieja, mae!
Discutimos las glorias de la Selecta, y nos embarcamos en una analogía entre nuestro futbol y el país. Recordamos la batalla contra Honduras, tanto en la cancha con Pipo Rodríguez, como en El Poy con el chele Medrano. Gracias a la dulce victoria, entonamos el Pájaro Picón en México 70, cuando solo 16 equipos, y no 36, como ahora, lograban ascender al Olimpo.
Recordé cuando tenía a mi cargo el contrato de patrocinio de TACA y la Selección Salvadoreños de Corazón.
Así leía la manta que sostenía Rigo, el cojutepecano disfrazado de guara, durante el Saaaludemos la Patria Orgullosos, de los partidos de la Selecta en el Coliseum de Los Ángeles y el RFK de Washington, ambos tapizados de azul y blanco. ¡¡¡Salvador, Salvador!!!
Eran los tiempos de Raúl Díaz Arce, Alfredo Pacheco, y el cipote Cienfuegos, todos en la publicidad (y la carroza del 15 de septiembre) de TACA.
Otra gloria, fue entrar con la frente en alto a contagiarnos de la magia de Jorge contra Hungría en España 82. Pena enorme fue salir con la cola gacha después de la decena de balazos, con la que aún guardamos el récord de peor goleada en un mundial.
Nos desviamos al café, grano que al igual que la Selecta, ha tenido más penas recientes que glorias pasadas. Acordamos que lo que sucede es que en El Salvador se ha perdido la mística, no brota la pasión.
Antes, éramos los referentes regionales, en café, industria y futbol; teníamos garra, teníamos rumbo. Ahora damos lástima, ¡estamos perdidos!
Cómo va a ser posible que hayan desfilado cuatro técnicos en dos años, y que el más reciente, Primitivo, no haya ganado ni un tan solo partido de 11 que ha dirigido. ¡Salú, Primi!
La noche antes del reciente viaje en el que caímos contra Perú y Armenia, y además caímos en el suelo del aeropuerto pues no hay pisto para camas, nuestros embajadores estaban, íngrimos, en el lobby de un hotel capitalino, ante el incrédulo comentario de un inglés: “Si fuera el British team, habrían colas pidiendo autógrafos”. Si fuera la Sele de Costa Rica, también, pensé.
No, profesor presidente. La paciencia se terminó.
No más amaños de jugadores y directivos, no pate chejes bajo la mesa, ni pate chuchos choteando.
A los malacates se les acabó la fiesta. La afición castiga sus bolsillos con estadios vacíos. ¡Había más armenios que salvatruchos en el mascón de Los Ángeles! Ni contra México vamos a ir.
Colorado se puso el primo, al lamentar que el Coloso también estaba vacío contra Canadá. Una manta en el césped resumía la razón: Malditos federativos, renuncien por amor a Dios y a nuestra tierra.
Renuncien. No se afiancen, como Maduro, solo porque quieren ir de choto al mundial.
¿Rusia 2018? Otra vez torcidos. ¿La Selecta reciente? Sin mística, sin pasión, sin garra, sin rumbo; con mucha pena y nada de gloria… Como tienen a nuestro querido país.
Los aficionados como el primo y los no aficionados como este escritor exigimos borrón y cuenta nueva.
*Columnista de El Diario de Hoy.
calinalfaro@gmail.com