Mareros asesinaron a soldado en Suchitoto

Salió a comprar pescado para el almuerzo del domingo. Al final de la tarde sólo la yegua que montaba regresó.

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Soldados ayudan a trasladar el ataúd que contiene los restos de su compañero de armas, asesinado el domingo.

/ Foto Por Jessica Orellana

Por Jorge Beltrán Luna

2016-06-07 7:24:00

El soldado que hallaron muerto el lunes anterior en el cantó Tenango, de Suchitoto, tenía apenas tres meses de haber dejado la agricultura para alistarse en el Ejército. A raíz de esa decisión, Maritza, de 20 años, ha quedado viuda, y Abel Orlando, de 2 años, ha quedado huérfano de padre.

El soldado se llamaba Edgar Antonio Alfaro Aguillón, tenía 19 años, y mes y medio de haber prestado juramento a la patria como soldado.

Desde hacía tres años, Alfaro Aguillón vivía en la comunidad Esperanza, del cantón Tenango; mismo tiempo que tenía de estar acompañado con Maritza, aunque era originario del vecino cantón San Francisco, del municipio de San Pedro Perulapán que, como Suchitoto, pertenece al departamento de Cuscatlán.

Según algunos militares que prestaban seguridad en la velación de su compañero de armas, hay por lo menos siete jóvenes que pertenecen a la mara salvatrucha, aunque no actúan de forma explícita como tales.

En los últimos ocho meses, en el cantón Tenango han sido asesinadas seis personas: un pastor evangélico, un panadero, tres miembros de una misma familia y, el más reciente, el soldado Alfaro Aguillón, según explicaron los militares que afirman tener identificados a los jóvenes que son parte de la MS.

Salió a comprar pescado para el almuerzo

Según la joven viuda, su esposo salió el pasado domingo como a las 10:00 de la mañana a comprar pescado a un lugar conocido como Agua Fría, en las riberas del Lago Suchitlán, distante unos ocho kilómetros de su vivienda. 

Le prestó  la yegua a un vecino, tomó un machete y se fue, con la intención de regresar lo más pronto posible para que su mujer cocinara los pescados para almorzar ese día.

Sin embargo, ya no regresó. Y por más que le marcaban al celular, las llamadas no entraban.

Al siguiente día que no regresó, comenzaron a preguntar por él en el cantón. El dueño de la yegua les comentó que el animal había regresado el domingo como a las 5:00 de la tarde,  con manchas de sangre y con evidentes golpes.

El hombre les dijo que le molestó que el joven no le hubiese ido a entregar la yegua personalmente, mas no se imagino que algo malo le hubiera ocurrido al soldado.

Desde ese momento comenzaron, presintieron que algo malo le había ocurrido y varios vecinos se organizaron para ir a buscarlo en dirección al cantón Agua Fría.

La búsqueda no duró mucho. Aproximadamente una hora después de comenzar a buscarlo, lo encontraron asesinado. Tenía un balazo en el cuello y otro en la cabeza.

El cadáver estaba en un barranco, en un sector desde el cual se divisa las riberas del embalse Cerrón Grande o Suchitlán. Curiosamente, no le habían robado nada. El celular estaba encendido aún.

“El no tenía enemigos, se llevaba bien con todos los vecinos”, comentó ayer la viuda mientras esperaban que le llevaran el cadáver.

Alfaro Aguillón estaba de alta en la Quinta Brigada de Infantería, con sede en San Vicente. A su mujer le había comentado que desde hacía varias semanas estaba especializándose como francotirador.