¿Qué más queda por decir de O.J. Simpson y la era de las relaciones raciales que ayudó a definir? Mucho, a decir por la impresionante serie documental del cineasta Ezra Edelman, “O.J.: Made in America”.
El documental, una exploración épica que llega dos décadas después de que Simpson fue absuelto de cargos de asesinato por las muertes de su exesposa Nicole y el amigo de ésta Ronald Goldman, cubre los asesinatos y el subsiguiente Juicio del Siglo con un detalle nunca antes visto.
Pero va aún más allá al enmarcar su vida y carrera en medio de la agitación racial y una lucha por los derechos civiles que lo protegió con el caluroso apoyo del público blanco.
Su fama y adoración pública florecieron mientras, al otro lado de la ciudad, los barrios negros se quemaban. Fue elevado a la gloria como una celebridad inimitable cuyas transgresiones (incluyendo un patrón de violencia conyugal) fueron pasadas por alto como incompatibles con su imagen del típico americano.
‘O.J.: Made in America’: Inside ESPN’s definitive Simpson documentary https://t.co/NoGJHvBt03
— Rolling Stone (@RollingStone) 5 de junio de 2016
Entonces vinieron los asesinatos y el juicio cuando Simpson, quien había renegado exitosamente su negrura como una movida profesional astuta, revirtió su curso. En la película se le escucha declarar durante el juicio: “El sistema me ha obligado a ver las cosas desde un punto de vista racial”.
“Made in America” se estrena en la cadena ABC el sábado a las 9 p.m. (hora del este) y la próxima semana pasa a ESPN, donde las cinco partes se transmitirán el 14, 15, 17 y 18 de junio.
Contiene abundante material de archivo y videos personales que ahondan mucho más que el circo mediático en el que se convirtió el juicio. Incluye testimonios de 66 personas, conocidos y desconocidos, sobre la vida de Simpson, mas no del propio actor y astro del fútbol. Rebosa de información que muchos habrán olvidado, si es que la conocían, al tiempo que establece conexiones que a uno jamás se le hubieran ocurrido.
El documental es revelador, fascinante y, por momentos, realmente increíble.