El discurso que el presidente no pronunció

Lo que dijo, en términos generales, da para que cualquiera que no conozca la situación de nuestro país, piense que se trata de uno de primer mundo.

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elsalvador.com

Por Karla Hernández*

2016-06-10 8:10:00

El gobierno del presidente Sánchez Cerén parece estar de acuerdo con aquello que, entre menos sea el éxito, más sea la bulla que se haga; tal como pudimos comprobar en su informe de dos años, que más parecía el guión de una película de ficción.

Lo que dijo, en términos generales, da para que cualquiera que no conozca la situación de nuestro país, piense que se trata de uno de primer mundo. Por eso, es importante que todos conozcan los datos reales, los que el presidente no pronunció.

Comenzando por el tema que más preocupa a los salvadoreños, como es la inseguridad, lo real es que en apenas dos años se contabilizan 11, 765 homicidios; lo que demuestra que en los gobiernos del FMLN se pasó de 8.7 casos de promedio anual, a 18.3 por año, y ha sido hasta hace apenas un par de meses que el gobierno del profesor Sánchez Cerén aceptó la realidad que se vive en lo que a criminalidad se refiere y optó finalmente por escuchar y ejecutar algunas de las propuestas que ARENA venía ofreciendo.

En el área de la economía, El Salvador tiene la tasa de más pobre crecimiento en la región, con una baja de un 2.2 % a un 1.4 % en 2014; así como las exportaciones, que cayeron un 4 % en 2014 y el total del año pasado fue incluso menor a las generadas en 2013, lo cual significa dos años de retroceso y el menor crecimiento en el empleo.

En su discurso de toma de posesión, hace dos años, el señor presidente literalmente dijo: “Lo he dicho muchas veces y debo dejarlo claro: Los recursos del pueblo son sagrados y solo se utilizarán para favorecer el desarrollo y el bienestar del mismo. Tal como se hizo en este gobierno, continuaremos el compromiso de no más corrupción”.

A pesar de ello y sobre todo en los últimos meses, investigaciones de medios de comunicación serios han destapado distintas fuentes de posible corrupción que hoy están siendo investigadas por la Fiscalía General de la República, entre cuyos casos más prominentes podemos mencionar el injustificado pago de $108 millones de dólares de los salvadoreños por el trabajo abandonado en El Chaparral, del cual hoy su gobierno se ufana y lo publica en campos pagados como un logro, y los dineros para financiar la ilegal tregua con pandilleros, cuyas cifras reales aún son desconocidas. 

Pero a pesar de existir indicios de mal uso de los dineros públicos y de la promesa del profesor Sánchez Cerén para combatir la corrupción, lo cierto es que ésta no solo se ha incrementado, sino que existe un evidente rechazo de su parte para combatirla, tal como podemos comprobar ante su reiterada negativa para crear una CICIES que permita investigarla, hasta sus últimas consecuencias.

El discurso de dos años no incluyó lo que dijo hace dos años: “Queremos una ciudadanía activa, que haga contraloría social, que exija principios éticos a sus funcionarios”, sencillamente porque esto es algo que está sucediendo y que incomoda al gobierno.

El informe de dos años de gobierno no podría estar más alejado de la realidad. Áreas que sirven para demostrar la importancia que un gobierno da a los ciudadanos, como es la de salud, hoy se encuentra llena de debilidades, de falta de medicamentos, de falta de prevención de enfermedades. De allí que en los últimos meses hemos visto incrementada la cifra de distintas enfermedades; de las que no solo no han tenido control, sino que además carecen de verdaderas estadísticas y estrategias para combatirlas, como es el caso del virus H1N1.

El presidente tampoco mencionó los 22 nuevos impuestos que estrangulan la economía familiar y que en la realidad se traducen en pagos a la partidocracia; además de que nunca antes El Salvador había tenido una deuda que sobrepasara el 50 % del PIB.

Al revisar las promesas que el presidente hizo al pueblo salvadoreño hace dos años, es fácil comprobar que poco o nada se ha cumplido, tal es el caso de la educación, donde luego de dos años de este segundo gobierno del FMLN, lo que vemos es la más baja nota promedio en la PAES, menos presupuesto y muchos centros escolares con infraestructura por el suelo.

Finalmente, lo que tampoco dijo en su discurso, es que su primera acción para inaugurar su tercer año de gestión iba a ser transgredir todas las leyes posibles, al convocar y acarrear empleados públicos a un mitin político partidario, lo cual nos deja claro hasta dónde es capaz de llegar para negar el fracaso que en apenas dos años ha logrado.

*Diputada