Mitos y verdades del cáncer de próstata

Es el segundo cáncer más diagnosticado que afecta cada año a 1,1 millones de hombres en el mundo.  Sin embargo, al ser detectado en etapas iniciales puede tratarse y curarse en la mayoría de los casos.

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elsalvador.com

Por Mireya Amaya

2016-06-11 3:35:00

El doctor Hugo Iraheta, urólogo y vocero del Hospital de la Mujer, aclaró ciertas interrogantes que surgen en torno al cáncer de próstata. 

1. ¿Como el cáncer de próstata es de lento crecimiento, no son necesarios los tratamientos? 
Es de crecimiento lento, pero hay que darle tratamiento en determinado momento. En algunas ocasiones se puede esperar un tiempo, sin embargo, el especialista tomará las mejores precauciones y la decisión correcta para proceder.

Los tratamientos dependen del grado de evolución del tumor. Si está localizado en  la próstata y no es muy agresivo ni ha salido del contorno, se aplica una cirugía radical, la cual consiste en quitar el órgano, las vesículas seminales con ganglios y unir nuevamente la uretra a la vejiga. 
También puede darse radioterapia en todas sus modalidades, cuando el tumor está localizado.
A parte de esto, hay medicamentos para bloquear la producción de testosterona para que el tumor no progrese. Con esto se detiene el crecimiento y se estabiliza la enfermedad. Si prosigue, se puede dar quimioterapia para tratar de controlar los sitios donde haya metástasis.

2. ¿La cirugía es mejor que la radiación? 
Cada uno de los tratamientos está indicado para cada tipo de paciente y si está bien empleado tiene buenas probabilidades de curarse con cualquiera de los dos métodos.

3. ¿El tratamiento produce disfunción sexual? 
Hasta en un 25% de los pacientes puede producir disfunción eréctil e incontinencia urinaria. 

4. ¿Si tu padre tuvo cáncer, tú lo tendrás? 
No necesariamente porque el padre lo tuvo, su hijo también. Sin embargo, sí hay mayores probabilidades de riesgo aunque no es 100% seguro que lo va a padecer.

El cáncer de próstata es una enfermedad en la que se forman células malignas  que invaden los tejidos de ese órgano. 
De acuerdo con el doctor Erik Melgar, urólogo del Hospital de Diagnóstico, “la próstata pasa inadvertida para los hombres, y a menos que dé problemas ni se siente que está allí. Se localiza inmediatamente abajo de la vejiga y tiene función en la reproducción”. 

Según Melgar esta puede sufrir tres grandes enfermedades: la prostatitis, que es una inflamación o infección que se da en hombres jóvenes;  el crecimiento prostático, que suele ocurrir de forma común entre los 50 y 60 años, y se trata con medicamentos; y el cáncer que puede presentarse a cualquier edad después de los 50 años. Aunque también hay casos de hombres menores con este problema”.

El Hospital de la Mujer detalla, en un comunicado,  que en las etapas iniciales la afección no manifiesta ningún síntoma. Pero a medida que  progresa pueden presentarse problemas al orinar, incluyendo un flujo urinario lento o debilitado o micción más frecuente, especialmente de noche; obstrucción a la salida de la orina cuando el tumor ya es muy grande; presencia de sangre en la orina y disfunción eréctil.

Por todo lo anterior, el doctor Melgar afirma que  los urólogos buscan estrategias para que los hombres consulten sin tener síntomas. “Así es posible encontrarlo en etapas tempranas y curarlo”, expresa.

La prevención

Hasta hace unos años se decía que todos los hombres entre los 40 y 45 años debían evaluarse. Sin embargo, en 2012 un estudio concluyó que se estaba sobretratando a los pacientes por lo que se hicieron algunos cambios.
 “La recomendación es que después de los 50 años todos los hombres deben tener una evaluación por el urólogo, en la que se debe realizar la prueba de antígeno prostático (PSA), pero también un tacto digital rectal, pues son pruebas complementarias”, detalla Melgar y agrega que solo así se puede detectar si la persona está en riesgo.

Uno de los grandes problemas en la detección de este mal es la renuencia de los hombres sobre todo al tacto digital rectal. Melgar asegura que es algo cultural y “es universalmente odiada”, pero al educar al paciente sobre su importancia muchos están cada vez más aceptándola, sobre todo cuando saben el riesgo que se corre”.

Para esta prueba el médico introduce un dedo cubierto con un guante lubricado en el recto a fin de palpar cualquier abultamiento o área firme en la próstata que podría ser cáncer. “Es un procedimiento rápido que tarda unos cinco segundos o menos”, dice Melgar.
Antes de los 50 se puede realizar  una evaluación temprana por medio del antígeno prostático en sangre. “Puede ser a los 40 años, ya que según las estadísticas si el PSA a esa edad es menor de 1 la probabilidad de cáncer a futuro es mínima. Pero si ese valor es mayor, el paciente debe chequearse con más frecuencia.