La publicidad debe educar

La publicidad es un elemento valiosísimo en nuestro siglo, pero debe mantener altos criterios éticos para constituirse en un influyente medio educativo.

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La Fundación Huellitas de El Salvador, un albergue que acoge perros callejeros en la capital, documentó el maltrato que un perrito sufrió por parte de su dueño.

/ Foto Por elsalv

Por Teresa Guevara de López*

2016-06-11 9:42:00

La educación es el único camino para salir del subdesarrollo, inculcar valores morales en la población y forjar mejores ciudadanos que formarán las familias que constituirán una sociedad sana. Y este proceso de enseñanza aprendizaje, que comienza en las aulas, es tarea de todos continuarla mediante estímulos que se conviertan en medios educativos, entre los cuales destaca la publicidad, por su capacidad de convencer mediante mensajes.

La reciente campaña de Digicel no parece haber contribuido a educar a la población, que en medio de tanta violencia e inseguridad, necesita mensajes que generen sentimientos de paz y tranquilidad, por su forma y fondo, usando color y figuras, como mensajeros de belleza y armonía.

Los personajes en mupis y vallas Digicel sugieren agresión, violencia e inconformidad, subrayada por los colores rojo y negro. La palabra Valentía acompaña a una chica en ademán de desvestirse, con una mirada sombría, como procedente de un mundo alucinante. Proclaman Justicia dos jóvenes con un megáfono, en actitud de agresividad y confrontación. Por Igualdad aparece un grupo humano, con apariencia de zombies, en un mundo de desesperanza. Y la Tolerancia, representada por dos lesbianas. Figuras todas grotescas y de mal gusto, muy alejadas de tradicionales patrones estéticos.

Los spots en TV tampoco envían un mensaje positivo y de alto contenido moral, sino causan confusión, sugiriendo que a veces hay que ser malo, y que los buenos, son los malos, irrespetando los principios religiosos de la mayoría de la población, al usar de manera irreverente la figura de un sacerdote. 

En reciente entrevista, el CEO de la compañía se pronuncia muy satisfecho con los resultados, tras 7 meses en el cargo, pues han logrado acercarse a la población, mejorar sus servicios y su posicionamiento en el mercado. No menciona si se tomó en cuenta el efecto emocional causado por la campaña, si ha mejorado los valores morales y contribuido a transmitir sentimientos de paz y perdón. El fin económico, parece justificar los medios.

Los últimos spots televisivos del gobierno celebrando su segundo aniversario, desde el punto de vista de forma, son excelentes, al presentar lo mejor de El Salvador: bellos paisajes de lagos, playas y campiña. Obreros satisfechos trabajando en pujantes fábricas. Aduanas y puertos activos con cientos de contenedores, y el mensaje optimista de que se ha creado empleo para todos. Excelentes imágenes, desgraciadamente muy alejadas de la realidad. 

Perfecto ejemplo de publicidad engañosa, que debió generar amargos sentimientos en la población. ¿Qué siente un joven profesional, que tras varios años de graduado, no encuentra trabajo? Obreros calificados, despedidos por el cierre de su fábrica, establecida hace muchos años. Miles de niños que desertaron de las escuelas por la inseguridad. O los muchos que siguen asistiendo a ruinosas instalaciones sin servicios sanitarios, ni luz, ni agua. O sus abnegados maestros, esperando el merecido aumento, y que tienen que poner dinero de su bolsillo o pedirlo a los alumnos, para comprar lo más elemental de material didáctico y pagar proveedores, porque aún no han recibido el desembolso del Ministerio. Y médicos y enfermeras trabajando en precarias condiciones en insalubres hospitales, y los pacientes que deben comprar insumos y medicinas porque no hay. 

Enorme frustración deben sentir ante semejante despliegue de mentiras. Legítimos sentimientos de rabia e indignación, ante la vida regalada que los funcionarios se están dando, con el dinero de los impuestos, mientras aseguran trabajar en un régimen de austeridad. La publicidad es un elemento valiosísimo en nuestro siglo, pero debe mantener altos criterios éticos para constituirse en un influyente medio educativo.

*Columnista de El Diario de Hoy.