Como no les obedecieron vuelven a la carga con el consumo

Los salarios como los plantean funcionarios que no tienen experiencia directa en generar empleo descapitalizarán a las empresas o las obligarán a cerrar.

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2016-06-12 6:37:00

Pese a que el sector sindical y los representantes del sector productivo votaron por un aumento al salario mínimo que encaja con las condiciones que sufre el país –estancamiento económico, desempleo creciente, carestía de los productos de primera necesidad– el gobierno del FMLN insiste en desconocer el acuerdo y pedir una revisión forzada, la que agravaría la situación que se sufre.

La lógica equívoca del régimen es la siguiente: al incrementarse el salario mínimo “habrá más consumo”, que más consumo “lleva a más producción”, que más producción se traduce en “mayor prosperidad…”.

De ser así, y como lo hemos sugerido muchas veces, lo procedente es fijar un salario mínimo de mil o dos mil dólares mensuales, ya que con esa suma la gente sí que de veras va a consumir, consumir tanto como las señoras políticas que requetebién consumen.

En los meneos para lograr ese mayor consumo y como lo advierten productores y economistas haciendo simples cálculos, un gran número de empresas de la agroindustria pierden competitividad y pueden caer en bancarrota mientras otras se verán forzadas a despedir personal y automatizarse.

No hay caso, que nosotros conozcamos, en que se imponen incrementos salariales que no causen desempleo –y sobre todo desempleo entre los sectores más débiles de una sociedad como son las mujeres, los viejos y los jóvenes sin experiencia–.

El régimen, en tal sentido, se encontraría con una situación políticamente explosiva: todavía más desocupación de la que se sufre sin los medios para resolverla.

Aparentemente ni siquiera toman nota de lo que sucede en las ferias de empleo, la última de ellas la celebrada por la comuna de Santa Tecla: para unos cuantos cientos o docenas de empleos se presentan miles de personas. Y eso puede verse mes tras mes.

Los salarios como se plantean por funcionarios que no tienen experiencia directa en generar empleo descapitalizarán a las empresas o las obligarán a cerrar. Y si cierran no sólo no habrá “aumento del consumo”, sino que se causará una disminución del mismo.

A lo que se debe agregar un hecho: que las personas que forzosamente quedarán cesantes pierden un patrimonio valiosísimo, que es su experiencia en esas particulares labores, forzándolas a comenzar desde cero.

Acarreando sujetos vociferantes, 
quiso la ministra imponerse

En el evento de propaganda Conversando con la Gente, los efemelenistas volvieron a lo que tiene obsesionado al régimen: cómo caerle encima a los ahorros de los trabajadores para repartírselos, tener capital para seguir la agitación y, en el proceso, dar unas cuantas pensiones.

Pero ese robo es inconstitucional, como lo sería meterse a la bolsa, vía decretos legislativos, las cuentas bancarias que tiene el público.

Y lo de las cuentas bancarias tampoco es una hipótesis, una amenaza lejana: es lo que los padrinos ideológicos de los rojos han hecho en Cuba, donde no existen ni cuentas individuales ni bancos ni empresas que sean dueñas de ellas.

En esto del salario, cuando se estaba en plenas deliberaciones la ministra de Trabajo llegó con un grupo de sujetos vociferantes, intentó intimidar a los presentes y con ello amenazó a los que no se doblegaron a sus pretensiones, pues nadie queda tranquilo si para discutir algo un incidente similar puede repetirse como lo deja entrever Sánchez al decir que será la Asamblea la que tomará cartas en el asunto.

“Este macho es mi mula” y sigo en el empeño hasta lograrlo…