Es importante estimular la educación agrícola

Agricultura es creatividad, emprendedurismo e innovación. Hace falta formar más jóvenes en ésta área.

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Por Mariano Villatoro / comunidades@eldiariodehoy.com

2016-06-13 8:00:00

La formación académica es indispensable para lograr el desarrollo de las personas y naciones. En un país con problemas de degradación ambiental y necesidad de alimentos, acercar la educación agropecuaria a todos los sectores, se vuelve fundamental.

Hay tres grandes problemas que debemos enfrentar : la seguridad alimentaria, la degradación ecológica y la formación de capital humano. 

El bachillerato agropecuario es promisorio para que los jóvenes se formen conscientes y participantes de la solución de estos problemas. 

Quienes estudian bachillerato técnico agropecuario, entran a un nivel de capital humano calificado y muy apropiado para estudiantes provenientes del área rural.

Este es el sector más difícil de involucrar en el estudio de nivel medio y superior, por los conceptos de vida que se manejan en la familia del campo, donde se pretende que el joven comience a ganarse la vida lo más pronto posible.

La formación

En el bachillerato agropecuario se imparten las materias de ciencias que el plan de estudio exige para todos los bachilleratos y además se les brinda la parte técnica,  en la que aprenden los fundamentos para producir alimentos de origen animal y vegetal; manejando granjas de pollos, conejos, patos, gallinas, cerdos y ganadería. Aprenden sobre profilaxis, alimentación, ambientación y procesamiento del producto al mercado, para consumo o como materia prima para la industria de la alimentación.

Es una forma de motivarlos a continuar su preparación y a la vez, brindarles los conocimientos técnicos que les permitan mejorar la producción a la que están acostumbrados y con ello, elevar sus condiciones de vida y las de sus familiares.

 Ellos podrán conocer principios básicos tales como que una coneja al mes de aparearse, tiene de 8 a 10 gazapos que se destetan a los 25 días y que cada conejo necesita apenas 40 cm cúbicos para existir y en tres meses está listo para destazarlos y venderlo en canal.

Aprenden además el manejo de pollos de engorde y comprueban que en un metro cuadrado pueden manejarse 12 pollos, que en 6 semanas están listo para el destace.

Hay principios que incluyen adecuados planes de siembra y fertilización para optimizar recursos, manejo de agua y otros temas que les harán visualizar la producción agropecuaria de forma más eficiente.

  Al abrir espacios en el bachillerato agropecuario, jóvenes con edades entre 14 y 17 años adquieren una capacidad eficiente en la producción de alimentos, protección ambiental y comercialización de productos, que no olvidarán el resto de su vida.

En esta opción, los jóvenes dominan fundamentos de los frutales, forestales ornamentales y hortalizas.

Aprenden sobre recolección de semillas, preparación de almácigos,  o sembrar cultivares de frutales, maderables, forrajeros o medicinales.

La experiencia

El Instituto San Andrés  desarrolla una educación agrícola basada en la innovación y creatividad.

El Vivero San Andrés, como soporte financiero, brinda becas a los jóvenes brillantes de las escuelas del sector, y  se les inculcan las bondades de las plantas que producen oxigeno, permiten la infiltración del agua lluvia al subsuelo, evitan la erosión, son hábitat de la mayor parte de la fauna silvestre, producen de madera, forraje para el ganado,  forman microclimas agradables, productores de material energéticos, fuente de medicina y alimento humano  y generadores de atractivos paisajes. 

Los jóvenes elaboran jardines creativos, ya que conocen plantas apropiadas para sol, otras para sombra y aquellas de las que se puede aprovechar floración o follaje.

Los bachilleres agropecuarios son confiables en la creación de jardines eco turísticos y granjas de autogestión.

Además adquieren los principios para establecer sus propias empresas, conocen de administración y se les motiva y apoya para continuar la educación en niveles superiores.

Las experiencias de este centro de estudio muestran que al brindar oportunidades  reales a los jóvenes para educarse, especialmente en el área agropecuaria, se abren nuevos horizontes en todo aspecto.

Desde mejorar las condiciones ambientales, hasta hacer más eficiente la producción. Con ello, incluso se crean oportunidades laborales en zonas rurales.