???No sé qué vamos a hacer???, exclama médico del Rosales al no poder tratar a sus pacientes

Pacientes sin diálisis por falta de catéteres rígidos. Nuevamente en el Hospital Rosales hay desabastecimiento de los materiales. 

descripción de la imagen
Personas con insuficiencia renal reciben diálisis en el hospital Rosales. foto edh / Yamileth Cáceres

Por Xenia González Oliva

2016-06-15 6:21:00

Los pacientes renales del Hospital Rosales son afectados por un nuevo desabastecimiento de catéteres rígidos, informó personal del centro. 

El martes por la tarde los médicos del hospital lograron colocar los últimos disponibles, pero a partir de hoy los pacientes habrían quedado sin poder ser dializados. 

Es la segunda vez en menos de dos meses que hay un desabastecimiento de este tipo, el 5 de mayo pasado los pacientes renales también fueron afectados. 

En esa ocasión alrededor de 200 pacientes no pudieron ser dializados. 

“Realmente estamos en una situación quizá peor que la vez pasada porque no hay nada y ningún proveedor tiene en plaza”, expresó el jefe del servicio de Nefrología, Ricardo Leiva. 

El catéter rígido es un insumo utilizado en el Rosales para poder realizar las diálisis de los pacientes que llegan en un estado delicado, prácticamente terminal, por el fallo renal. Cada mes el hospital recibe de 50 a 40 pacientes nuevos en estas condiciones. 

La demanda de pacientes desborda los recursos y capacidad del Rosales, lo que ha obligado a que se mantengan usando los catéteres rígidos, que ya son un material obsoleto, para dializar. 

Leiva reconoce que un tratamiento ideal incluye el uso de catéteres blandos, pero colocar cada uno requiere un estricto protocolo y se realiza por medio de una cirugía. La cantidad de pacientes que llegan graves impide que les puedan colocar un catéter blando a todos. 

Ante la nueva crisis, el nefrólogo se reunió con personal de la Unidad de Adquisiciones y Contrataciones Institucional (UACI) para determinar qué pueden hacer, pero le informaron que ningún proveedor tiene disponibles los insumos. 

Además, el proveedor al que le han hecho la compra de los catéteres rígidos debía haber entregado hace un mes una parte de lo adquirido, pero se ha retrasado. La otra parte de los catéteres que incluye la compra aún está siendo fabricada en México, según le informaron a Leiva.

“No sé qué vamos a hacer, no sé qué vamos a hacer”,  exteriorizó Leiva con preocupación. 

Anteriormente lograron recibir insumos de parte de los hospitales de San Ana y de San Miguel, también les prestó el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), pero al parecer ya no tenían más disponibles. Hoy Leiva salió del hospital hacia otras instituciones con la esperanza de que lograran encontrar catéteres en alguna bodega porque la respuesta de los proveedores fue que podrían llevarles hasta dentro de 15 días. 

El nefrólogo calculó que más de 500 pacientes podrían resultar afectados. 

Aunque tanto el director del Rosales, Mauricio Ventura, como las autoridades del Ministerio de Salud declararon anteriormente que el hospital tiene disponibles catéteres blandos para cubrir la necesidad, Leiva señaló que sí los están colocando, pero no pueden ir al mismo ritmo de la necesidad de los pacientes. 

“Necesitamos forzosamente el rígido ahorita para sacarlos adelante”, manifestó. 

El médico añadió que la raíz del problema es un error administrativo de la dirección, ya que se debió prever la necesidad del hospital y realizar las compras a tiempo. 

“(Ventura) Le va echar la culpa al proveedor, pero la culpa es administrativa por no haber previsto esto con tiempo y siempre hay problemas”, agregó.  

Durante el anterior desabastecimiento, Ventura argumentó que se ha vuelto difícil adquirir los catéteres rígidos, porque ya son desfasados, y que el servicio de Nefrología debería cambiar el protocolo de atención de los pacientes renales. 

Leiva indicó que ellos ponen de dos a cuatro catéteres blandos todos los días, estos procedimientos son programados, no para los pacientes que llegan de urgencia. 

La cirugía para poner un catéter blando puede durar más de una hora, por ello es necesario que el paciente esté estable. “No se le puede poner a un paciente que venga ahogándose”, dijo Leiva. 

Los pacientes que tenían programada para ayer la diálisis peritoneal tuvieron que ser despachados.  “Lo que necesitan se llama diálisis, lo demás es paliativo, solo para un ratito”, expuso el médico. 

Cuando una persona tiene ese nivel de daño renal, sus riñones ya son incapaces de eliminar las toxinas de su cuerpo. El paciente ya no puede orinar y acumula líquidos, pero también toxinas. 

“En la orina eliminamos líquidos, también eliminamos toxinas, que son venenos para el cuerpo que pueden matar a alguien”. Leiva informó que una persona puede morir por intoxicación al acumularse sustancias delicadas, como el potasio. Las elevaciones del potasio pueden provocar un paro cardíaco.  

Las personas afectadas por la carencia son los que llegan delicados, así como los que tienen programada una diálisis peritoneal a la semana. 

“La diálisis semanal solo en países como el nuestro de cuarto mundo se hacen”, comentó Leiva. Además denunció que, por las condiciones laborales, dos médicos del servicio que se encargan de poner catéteres han renunciado a dos horas de su jornada.