Por la imprevisión se ha perjudicado al país

Casi tan pronto como se suprimió la Guardia surgieron los puntos de asalto en todo el territorio, bandas de secuestradores, movimiento de droga sin control, contrabando, cuatrerismo... 

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elsalvador.com

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2016-06-19 7:09:00

Cada acto tiene sus consecuencias. Lo que diferencia a las personas prudentes de los necios es saber anticipar, con alguna medida de certeza, lo que serán los reales efectos de medidas, decisiones o hechos, de lo que serían elucubraciones.

Un ejemplo de los graves daños que la imprevisión ha ocasionado a El Salvador fue la supresión de la Guardia Nacional, un acto de ciega venganza que dejó el territorio sin protección y que, entre otras cosas, ha desembocado en las pandillas, el control de extensas áreas por delincuentes, el narcotráfico y las extorsiones.

Casi tan pronto como se suprimió la Guardia surgieron los puntos de asalto en todo el territorio, bandas de secuestradores, movimiento de droga sin control, contrabando, cuatrerismo… Y uno de los más graves azotes, las extorsiones, justificadas por el anterior gobierno en más de una ocasión como el sostén familiar de malhechores, equivale a defender el canibalismo como una forma de alimentación de pueblos sin mayores fuentes de proteínas. 

Otro caso fue la guerra de los comunistas contra la construcción de anillos periféricos, lo que en estos momentos contribuirían a reducir los graves congestionamientos que padece el Gran San Salvador. En nuestra memoria está la imagen de una gorda amarrada a un árbol para detener las máquinas y tractores de Obras Públicas. Y así como ella, sujetos que se opusieron a las obras de progreso.

Anillos periféricos los hay en toda ciudad civilizada, agregándose a medida que crecen; en Madrid hay la M1, la M2, la M3 y así sucesivamente, aliviando el tráfico y acortando los tiempos que se necesitan para trasladarse de un punto a otro de la gran urbe.

Los comunistas en ese entonces se refocilaban con sus victorias para impedir la ejecución del plan vial desarrollado durante la presidencia de Francisco Flores, plan que casi duplicó el número de kilómetros de buenas carreteras y que, pese al mal mantenimiento que han tenido en parte por la quiebra estatal, continúan sirviendo.
 

Publicar fotos de sicópatas
protege a potenciales víctimas

 

Otro grave caso de imprevisión se dio al aprobarse la llamada (entonces) Ley del Menor Infractor, la que, se advirtió “una y mil veces” en estas páginas, iba a desatar una ola de delincuencia de “menores” a quienes se les impuso un manto de impunidad.

Se llegó a tal exceso con las prohibiciones de la ley, impidiendo publicar fotos de esos “menores infractores”, que cuando se escapó de la cárcel un asesino llamado “el Directo”, autor de múltiples homicidios, la gente entró en pánico, pues nadie tenía idea de cómo era, cómo se podía identificar.

Un tribunal accedió a divulgar una foto del sicópata, sólo por la presión popular y el riesgo que se corría, pues “un derecho innegable se transforma en irritante injusticia cuando llevado a sus últimos límites invade la esfera de otros derechos”.

Y esos otros eran los de las potenciales víctimas de un criminal que al final pereció en un enfrentamiento con agentes policiales.  Se permitía matar al desquiciado pero no hablar de él ni menos publicar su fotografía.

La Ley del Menor Infractor parió otras leyes hasta llegar a ese monumento del absurdo que es la Ley Penal Juvenil y otras similares, que recogen ocurrencias, desplantes demagógicos, asuntos como los derechos de niños que ellos pueden validar pero no son capaces de expresar, etcétera….