Dos jóvenes salvadoreños detenidos en Texas al huir de maras en Chalchuapa

Su madre, un hermano y un amigo murieron en un ataque armado

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Josúe Estrada Solís, el santaneco que se coronó campeón nacional de ciclismo modalidad BMX el 11 de diciembre de 2011. 

/ Foto Por elsalv

Por Alexander Torres

2016-06-19 9:18:00

Dos jóvenes salvadoreños pasaron del cielo de los saltos del bicicross a recibir un trago amargo, a vivir un calvario desde el 6 de noviembre del año pasado y que ahora los tiene en un centro de detención en Texas, Estados Unidos.

Ese día, un grupo de hombres armados ingresó a una pupusería en Chalchuapa, en Santa Ana, y sin mediar palabras dispararon ráfagas contra una familia. 

El hecho sucedió en el complejo habitacional San Francisco, de donde aun con vida pero con múltiples lesiones, las víctimas fueron llevadas en ambulancias hacia el hospital nacional de Chalchuapa, donde murieron.

Las víctimas fueron identificadas como Blanca Silvia Solís (46 años), su hijo Wilber Fernando Solís (24) y un amigo de la familia, Marlon Díaz Pérez (23).

Blanca era la mamá de los  bicicrosistas que ganaron diversas competencias tanto en El Salvador como en Guatemala, ellos son Edwin “chihuaha” Monterrosa Solís y su hermano, Josué David “Moncho” Estrada Solís. 

Tras el hecho de sangre que los dejó huérfanos, los jóvenes de las pistas de bicicross, optaron por viajar junto a dos primas y la madre de estas hacia Estados Unidos. Se fueron tres días después de la tragedia, lo hicieron vía terrestre hasta Ciudad Juárez, México donde pasaron tres meses en busca de refugio.

Luego optaron por seguir el camino por tierra hasta EE.UU. La idea era cruzar a cómo diera lugar, huir de los malos recuerdos que les acarreaba pensar en Chalchuapa, ciudad santaneca que es presa de pandilleros.

Tras algunas peripecias en el viaje llegaron a  Texas, el 15 de marzo, mismo día que decidieron entregarse a las autoridades en su afán por buscar refugio. 

La mujer y su hija menor de edad quedaron libres pero con restricciones, sigue un proceso ante  corte de inmigración.

Desde entonces los jóvenes están en un centro de detenciones en Texas. Ahora son parte de los 27,700 menores de edad y jóvenes que han viajado legal o ilegalmente a EE.UU. (en últimos seis meses) con la esperanza de encontrar oportunidades y huir de la violencia de sus países.

 Los jóvenes esperan que EE.UU. les conceda el sueño de quedarse a vivir en ese país legalmente. Solo ahí ven futuro, quizá con obstáculos, pero superables. En tanto amigos hacen lo posible por apoyarles con trámites ante el Ministerio de Relaciones Exteriores que ya conoce el caso.