Aplaudo el espacio Diccionario SV en la sección Trends de este periódico, pues nos invita a definir la palabra en caliche del día. Aún no aparece “chichipate”, por lo que adelanto tres significados: 1- Bolito o bolita empedernido(a). 2- Persona que le gusta el jarabe, y 3 – los directivos de CEPA (desde el día en que La Prensa Gráfica les sacó al sol sus trapos con tufo a guaro).
Los publicistas medimos el buzz digital de un tema del momento, y los Cepahólicos sí que están zumbando. Memes, caricaturas, chistes, cajas de lustre, canciones. Algunos nos reímos de lo insólito del caso; otros nos retorcernos de la cólera.
Yo me retuerzo como concha en limón por ser una evidencia más de lo loco que se puede volver el que nunca ha tenido y llega a tener. ¿Cómo es posible que en un país en el que hace falta solventar tantísimas necesidades, los Cepahólicos usen nuestros impuestos para hartarse y emborracharse?
“Una sociedad que no busca felicidad es un pueblo sin futuro”, afirmó el profesor presidente, durante su “Festival del Buen Vivir” cuando, ante las cámaras, les regaló unos violines a unos cipotes de Ilobasco. Si le interesa, amigo(a) lector, apuesto que en La Cornucopia puede encontrar violines a buen precio. Es que para que el corazón esté contento, primero hay que llenar la panza…
… “ ¡Y echarse unos tapis, hic!”, eructan los que practican “el buen vivir”. Me llamó la atención el fino jarabe que degustan con pisto ajeno: Johnnie Walker, Grey Goose; Moet & Chandon, Reserva de la familia de José Cuervo, Zacapa Centenario. Yo les pregunto a los señores chichipates, ¿por qué Zacapa si aquí tenemos Cihuatán?
Aquí estamos hartos del chanchullo; de que los corruptos jueguen mica con la justicia. ¿Qué pasó con el juicio de los ex? ¿Por qué soltaron a Sigfrido, no solo de sus bacanales al estilo Cepahólicos, sino que también de algo más peludo como los misteriosos terrenos?
Me imagino la cara del presi y sus ministros, planeando cómo sacar la pata de CEPA, ante la incrédula mirada de San Romero desde su pintura en la Casona. “Un hecho como este no puede quedar en el ojo pacho”, fue el consenso en boca del secre.
Correcto, señor Chicas. Mejor calle a Norma y Nelson que dicen que lo de CEPA es un “gasto insignificante”. Cierto, insignificante si lo comparamos con otros casos sueltos pero, no puede quedar en el ojo pacho que los que dirigen la autónoma alcoholizada pretendan salvar su pellejo reintegrando – seguro de la caja chica, apenas cinco mil pesitos, cuando la fiesta nos costó $232 mil.
Me recuerda al cipote matón que acapara todos los dulces y sorpresas de la piñata y que, ante llantos y reclamos, devuelve solo un puñito. No, señores de CEPA, no queremos ver lágrimas, lo que sí queremos es que devuelvan todo el pisto.
No queremos oírlos hablar paja, sentados entre una valla humana y la prensa, al estilo de su compañero matón, Nicolás Maduro.
No queremos oír el meme musical en su deshonor: Yo sé bien que estoy quebrado / pero el día que deje CEPA / sé que tendrás que pagar. /Pagar y pagar, pagar y pagar/. Dirás que no me quisiste, pero vas a estar muy triste / pues vas a tener que pagar/Con dinero y sin dinero/hago siempre lo que quiero / y mi palabra es la ley…
Queremos volver a recuperar el orgullo de nuestro AIES (o AIESMOARG, como lo bautizó Mr. Ferrari). Queremos que dejen de soñar en el Orient Express y le den en la nuca a la hemorragia de pisto que es Fenadesal. Queremos ver buques, contenedores y miles de empleos en el monumento oxidado a la ineficiencia de La Unión, el cual se chupa $ 1 millón mensual, sin generar un cinco. Y ustedes, bien galán, también chupando.
Queremos que rueden cabezas para que otras, menos chichipates y más competentes, se pongan a trabajar.
*Columnista de El Diario de Hoy
calinalfaro@gmail.com