Brexit: hipótesis y lecciones

¿Por qué hay tantos británicos dispuestos a salir de la Unión Europea? Si bien existen muchas variables, propongo tres hipótesis: miedo, excesiva confianza y reglas del juego político.

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/ Foto Por Cortesía

Por Carlos Alberto Guzmán*

2016-06-21 7:00:00

Let’s take back control”. Lema de la campaña Leave.

El 23 de junio el Reino Unido decidirá su membresía a la Unión Europea mediante una elección popular. Esta elección se ha conocido como brexit, en alusión a la unión de las palabras Britain y exit, y cada ciudadano deberá responder la pregunta: “¿Debería el Reino Unido permanecer como miembro de la Unión Europea o dejar la Unión Europea?” mediante dos opciones: Remain o Leave.

Las encuestas reflejan un escenario demasiado cerrado como para predecir un ganador. El nerviosismo se ha reflejado desde el valor de la libra esterlina hasta en la liga de fútbol. Esta preocupación se debe a que una victoria del Leave genera un escenario desconocido para el Reino Unido y puede promover una salida abrupta de otros países. Entonces, ¿por qué hay tantos británicos dispuestos a salir de la Unión Europea? Si bien existen muchas variables, propongo tres hipótesis: miedo, excesiva confianza y reglas del juego político. 

Primero, la crisis económica mundial, la migración y el terrorismo han incrementado el miedo a la incertidumbre. La incertidumbre genera ansiedad en el ser humano, y en épocas problemáticas (como la actual) se transforma en temor, frustración, rabia, etc. Actualmente, políticos de distintas ideologías se aprovechan de esta situación para desafiar a los partidos establecidos y ganar elecciones. En UK, la mayoría de simpatizantes del Leave proviene de los sectores más pobres y con menor educación, un clásico caldo de cultivo para infundir los miedos a los extranjeros y lo desconocido.

Segundo, el Gobierno, que lidera la campaña Remain, no ha sido capaz de responder a la preocupación de sus ciudadanos. En 2013, durante su campaña electoral, el primer ministro David Cameron prometió este referéndum para satisfacer a los votantes independentistas. En 2015, confiado por la popularidad obtenida al ganar las elecciones, seleccionó esta fecha para la votación. Todo parecía perfecto, y la campaña del Remain se sentía ganadora. Pero a medida la campaña Leave ha ganado ímpetu, el Gobierno ha recurrido al miedo para justificar su campaña y no ha sido capaz de mostrar al votante los beneficios específicos de la Unión Europea, por ejemplo ¿cómo le ayuda a pagar la escuela o la salud, o a obtener empleo?

Este ambiente ha sido aprovechado por un sector del partido gobernante, el partido Conservador, para desafiar al liderazgo partidario mediante esta coyuntura y siguiendo las reglas del juego. El exalcalde de Londres Boris Johnson lidera este desafío a partir de su éxito en la campaña Leave, a pesar de la incertidumbre que generaría esa decisión. Muchos han criticado sus estrategias, pero es parte de las reglas de la democracia. El problema es que la democracia premia las ambiciones personales, a pesar de que el costo de este conflicto partidario sea la Unión Europea.

Sin importar el resultado, este proceso electoral nos enseña que en contexto de incertidumbre los ciudadanos cuestionan las instituciones si no están orientadas a resolver sus preocupaciones diarias, y pueden tomar decisiones arriesgadas. Es así que una lección relevante del brexit para académicos y funcionarios públicos es que reitera el vínculo entre la efectividad del Gobierno y la legitimidad de sus instituciones y valores. Al final, si las instituciones no resuelven las preocupaciones diarias, la ciudadanía entregará el control a otros que prometan solventar sus problemas, aunque sea un salto a lo desconocido.
 

*Colaborador de El Diario de Hoy.