Donald Trump es uno de los hombres más acaudalados que haya competido por la Presidencia de Estados Unidos, pero su oficina de campaña parece estar en bancarrota. Es más, reportes de recaudación de fondos muestran que él utilizó aproximadamente seis millones de dólares de dinero de campaña para pagar a sus propias compañías y familiares.
Los infortunios financieros del magnate multimillonario fueron suficientes para inspirar el martes el burlón hashtag de Twitter “TrumpSoPoor”, y lo que es más grave, dio a donantes ya renuentes más razones para no soltar su dinero.
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Los gastos de campaña de Trump difícilmente inspiran confianza entre la gente de la cual busca conseguir fondos. El gasto incluye un pago en mayo de 423.000 dólares a Mar-a-Lago, un club privado en Florida que utiliza como su casa vacacional, y suficiente cantidad de agua marca Trump para llenar una tina de baño.
Su probable adversaria en la elección general de noviembre, la precandidata presidencial demócrata Hillary Clinton se mofó de Trump el martes tuiteando a sus seguidores: “¿En qué está gastando Trump sus exiguos recursos de campaña?¡Vaya!, en él, por supuesto”.
Una campaña presidencial es costosa: de aproximadamente 1.000 millones de dólares en años recientes. Ese dinero paga anuncios de televisión y contacto con votantes para persuadirlos de que acudan a votar en noviembre.
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Trump inició el mes con 1.3 millones de dólares en el banco, con menos dinero para campaña que muchos candidatos al Congreso y que incluso varios de los precandidatos republicanos a quienes derrotó. Los tres millones de dólares que recaudó por donaciones en mayo representan aproximadamente una décima parte de lo que consiguió Clinton el mismo mes.
Trump resta importancia a las críticas sobre su recaudación de fondos, y dice que apenas comenzó a hacerlo de manera seria el 25 de mayo, a pesar de que prácticamente es el candidato del Partido Republicano desde el inicio del mes pasado. Él financió mayormente su exitosa campaña de precandidato a través de préstamos personales y se apoya fuertemente en el Comité Nacional Republicano para conseguir ayuda.
“Hasta la fecha, la recaudación de fondos de la oficina de campaña ha sido increíble, y continuamos viendo un tremendo flujo de apoyo para el señor Trump y dinero para el Partido Republicano”, dijo el martes su oficina de campaña a través de un comunicado.
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Tanto Trump como el partido dicen que él puede girar cheques si las donaciones no aumentan. Pero hay indicios de que él está tomando los fondos de campaña más seriamente.
El martes realizó su primer esfuerzo por correo electrónico en busca de donaciones, escribiendo que igualaría hasta dos millones de dólares en contribuciones. “Este es el primer correo electrónico de recaudación de fondos que he enviado en pro de mi campaña”, escribió Trump.
“Hay mucha renuencia”, dijo Spencer Zwick, quien fue el principal recaudador de fondos de campaña para Mitt Romney hace cuatro años. “Algunos están diciendo que la organización financiera está sumamente desordenada”.
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Defensores de Trump, incluido el donante de Nueva York Anthony Scaramucci, dicen que gran parte de su atractivo es que él es un “no político” que hace las cosas de manera diferente.
Eso se extiende a su propensión de mezclar negocio con política.
Reportes financieros presentados ante la Comisión Federal Electoral detallan una campaña sin miedo de entremezclar propósitos políticos y empresariales de una manera sin precedente.