Vendedores del Mercado Central de San Salvador se mantienen preocupados ante el considerable aumento del precio de algunas hortalizas y la sensible baja en las ventas en meses recientes.
En un recorrido hecho ayer por la Calle Gerardo Barrios y calles aledañas al edificio 10 del Mercado Central, se pudo constatar esta situación.
Puestos repletos de cajas con verduras, canastos llenos de producto, bolsas de frutas listas para vender al por menor, eran solo una muestra de que a las 11 de la mañana, la venta no marcha muy bien para algunos comerciantes.
“Están bien malas las ventas. La gente solo viene, pregunta por el precio de las cosas y se va sin comprar”, lamentó Milagro López, una vendedora ubicada en las afueras del edificio 10 del Mercado Central.
De acuerdo con la comerciante, algunas verduras han subido de precio debido a la situación climática que atraviesa Guatemala, país de donde proviene un alto porcentaje de estos productos.
El tomate, la zanahoria, el güisquil, la papa soloma y el brócoli son de los que más han subido de precio.
En el caso de la papa soloma, hace poco más de un mes se cotizaba a $18 el quintal, mientras que ayer había llegado a $33, detalló López.
Esta alza no solo golpea el bolsillo de mayoristas, también quienes compran al por menor lo resienten.
Hace un mes, los salvadoreños podían encontrar 3 libras de papa por un dólar, hoy solamente reciben dos libras por la misma cantidad.
El tomate es otro de los productos que ha subido de precio. Hace una semana la caja de tomate de primera (el de mejor calidad) se podía encontrar entre $9 y $10, mientras que hoy está en $16.
De igual manera para el consumidor al detalle, hace una semana recibía 25 tomates por un dólar, y hoy solamente son 12 por un dólar.
La bolsa de zanahoria pasó de tener un costo de $4 a $8 en los últimos 15 días.
Pese a que hay varios productos que mantienen precios estables, la baja en las ventas ha sido sentida por la mayoría de comerciantes.
“Las ventas están muy malas, a esta hora ni siquiera he vendido los cien dólares”, lamentó Blanca Ramos, otra de las vendedoras que se encuentra aledaña al edificio 10 del mercado central.
Con un puesto repleto de plátanos, a doña Blanca no solo le preocupaba no sacar el dinero suficiente para su manutención, sino que su principal preocupación era que debía pagar la mercancía que vende.
Según señalan los comerciantes de la zona, desde hace un par de meses la situación se ha complicado aún más.
El alza en los indices de delincuencia y criminalidad en la calle, sumado a la preocupación de los salvadoreños porque el dinero no alcanza son solo algunos factores que han llevado a que sus ventas disminuyan, aseguraron los comerciantes.