Muerte de docente que impactó a Cojutepeque sigue en la impunidad

Sandra Rivera fue asesinada en febrero cerca de su escuela.

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Entierro de la profesora Sandra Rivera Angel asesinada por pandilleros, en Cojutepeque. / Foto Por Rene Alberto Estrada

Por Diana Escalante

2016-06-23 6:56:00

Cuatro meses y una semana han pasado desde que la profesora Sandra Élida Rivera Ángel fuera acribillada frente varios alumnos y sus padres, cerca de la escuela en la que impartía la materia de matemáticas.

Muchos allegados y personas que conocían a Rivera están convencidos de que el homicidio lo cometieron pandilleros de la 18. 

La razón, según ellos, fue porque en más de alguna ocasión la profesora los encaró para que dejaran de acosar a sus estudiantes.

El día del ataque, la Policía aseguró que esa pandilla era la que acechaba a los alumnos del Centro Escolar Católico San Sebastián, Cojutepeque, donde trabajaba la señora.

Sus allegados no conciben que a pesar de que el móvil del ataque, así como la estructura delictiva que lo habría cometido, sea una información de dominio público pero el caso siga en la impunidad.

La maestra era muy querida en la comunidad porque en sus 17 años de carrera profesional demostró una gran entrega y dedicación por los niños, incluso fuera de las aulas.

La maestra acostumbraba a hacer fiestas navideñas y dar regalos a los niños vecinos. Cuando la mataron iba de comprar unos artículos que usaría para celebrar el Día de la Amistad con sus alumnos.

Con la sencillez que la caracterizaba y la paciencia que tenía para la enseñanza, Rivera se ganó el corazón de varias generaciones de estudiantes.

El entierro de la maestra fue de los más numerosos que se puedan recordar en la localidad: más de 400 personas de Cojutepeque y en los municipios de Tenancingo y El Rosario, en Cuscatlán, llegaron a despedirla.

El homicidio de Sandra no fue el único que golpeó a su familia. En diciembre de 2009, la hija única de la profesora (quien tenía 6 años) murió en un ataque armado cometido por pandilleros.

Los delincuentes lanzaron una granada M-67 dentro de una clínica pediátrica donde estaba la niña. En el mismo hecho murió un hijo y la cónyuge de un policía antinarcóticos, para quienes se presume iba dirigido el ataque.

Acoso y exigencias 

Sumado al acoso que viven los docentes en diversos centros escolares e institutos nacionales, hay exigencias que atentan con el normal desempeño de un centro educativo.

Es el caso de uno de los más grandes institutos de San Salvador donde han llegado al extremo de dividirse turnos: por la mañana acuden los pandilleros de una agrupación y por la tarde los del otro grupo terrorista.