No todos los diputados parecen cómodos con que al frente de sus curules se lea en una pantalla sus nombres grabados en letras brillantes mientras transcurre la plenaria.
Algunos como Karla Hernández, de ARENA; Numan Salgado y Francisco Zablah, de GANA, optaron ayer por apagar la pantalla, pero hubo legisladores que prefirieron colocar el tradicional rótulo blanco y negro para identificarse en el Salón Azul.
La decisión de los legisladores llega luego de que recibieran duras críticas de la ciudadanía por el gasto incurrido y el que pudo haberse invertido necesidades como las que atraviesan las escuelas.
El tricolor David Reyes incluso afirmó que ha pedido en la reunión de Junta Directiva que las pantallas LED sean retiradas, no así el sistema de votación que venía incluido en el paquete de alta tecnología que adquirió la Asamblea y fue instalado poco a poco.
Sólo en las pantallas LED la Asamblea gastó $96,250, ya que adquirió 110 de ellas a un costo de 875 dólares cada una.
Todo el sistema le costó a los salvadoreños medio millón de dólares, del que se destacan las pantallas y equipos para leer la huella digital de los diputados cuando votan y hacerles un reconocimiento facial.
Mientras para algunos diputados fue un gasto innecesario las pantallas; para la presidente de la Asamblea, Lorena Peña, la población necesita saber la legalidad de las votaciones y el rostro del que vota.
“Con esto sabremos quien votó porque todo quedará registrado, aunque sean suplentes los que voten. Es importante porque ahora en las elecciones se vota por rostro y los ciudadanos van a poder conocer exactamente lo que cada quien vota a favor o en contra’’, argumentó Peña ayer en entrevista con medio estatal.