El FMLN ha dicho siempre que es un partido a favor de los pobres. Pero en el gobierno ha demostrado con gran claridad que esa supuesta defensa de los intereses de los pobres es una máscara que se está cayendo.
Los dos gobiernos del FMLN han tenido dos características muy claras. Una es el apetito insaciable por dinero. La otra es el uso perverso del dinero que han conseguido en actividades que no dejan nada para el pueblo sino sólo sirven para crear una red enorme de clientelismo. El FMLN ha llenado el gobierno con personas totalmente incompetentes que están chupando los recursos del estado que deberían estar siendo ocupados para otras cosas que sirvan a la población.
El apetito por el dinero ha proporcionado al gobierno una cantidad de recursos sin precedentes. En sus siete años en el poder hasta Diciembre de 2015, los dos gobiernos del FMLN habían gastado 35,294 millones de dólares. En los siete años anteriores el gobierno había gastado apenas 22,472 millones, o sea que el FMLN ha gastado 12,822 millones más en ese período, o 1,831 millones más por año. Esta es una cantidad extraordinaria, con la que podría haberse hecho muchísimo a favor de la población. Pero, en vez de usarse para esto, el dinero se ha hecho agua en desperdicios.
De 2009 a 2015 el gobierno sólo gastó 331 millones más en inversión de lo que se había gastado en 2008, en todos los siete años. Y estas inversiones han sido desastrosas.
Para muestra basta enumerar el SITRAMSS, que ha hecho colapsar al tráfico de la ciudad entera para que unos cuantos cientos de personas viajen confortablemente en unos pocos buses a un costo extraordinariamente alto. Basta ver las adiciones que el gobierno ha hecho al trébol de las Naciones Unidas, que, como tanta gente dijo que pasaría, ha resultado en los atolladeros peores en la historia del país porque, al igual que el del redondel Masferrer, no resuelve sino empeora el problema de fondo del tráfico en la ciudad. Ahora el gobierno dice que va a escalonar horarios del sector público para resolver el problema, una solución que habrá que ver si funciona pero que debía de haber sido considerada antes de gastar los millones que han gastado en los dos tréboles.
Las noticias de los últimos días muestran, sin embargo, un giro hacia un desorden todavía peor, con ideas todavía peores, como un nuevo túnel debajo de el Salvador del Mundo y una carretera elevada sobre la Manuel Enrique Araujo para que pase sólo el SITRAMSS, y lo que el Presidente de la República anunció esta semana: que el gobierno subsidiará a los jóvenes que ni trabajan ni estudian, los así llamados “ninis”. Y mientras tanto dicen que el gobierno tiene una crisis fiscal y que necesitan 1,200 millones más por sobre los 150 millones que les aprobó la Asamblea hace dos semanas, y los 4,500 millones que quieren confiscar a los ahorrantes del sistema de pensiones.
Mientras anuncian todo esto, y mientras siguen desperdiciando desaforadamente el dinero, la gente se está muriendo porque no hay catéteres para hacerles las diálisis, catéteres que son mucho más baratos que los 300,000 dólares gastados por la CEPA en comidas y licores en unos pocos meses, o los 500,000 dólares gastados por la Asamblea para poner los nombres de los diputados y contar los votos que siempre se han contado a costo cero.
Y mientras todo esto pasa, el Consejo Nacional de Educación presenta un plan para aumentar la calidad y penetración de la educación en el país a un costo de 12,573 millones de dólares en una década—un plan que debería de tener altísima prioridad porque es inversión en capital humano que es lo que lleva al desarrollo. Pero el presidente dijo que sin una reforma fiscal sería imposible costearlo. Por supuesto. Hay necesidad de gastar más en comida y licores, y en rótulos, y en subsidios a los “ninis” y en túneles inútiles, y en tantas otras cosas…Y para mientras, el gobierno les ha bajado el presupuesto a las escuelas, de 25 a 13 dólares por alumno. El objetivo del FMLN es vivir en una francachela con dineros del público, no ayudar a los pobres.
*Máster en Economía,
Northwestern University.
Columnista de El Diario de Hoy