SONSONATE. Al menos 90 casas del caserío Barra Salada, cantón Salinas de Ayacachapa, han sufrido de inundaciones desde hace 15 días debido a que el estero se encuentra obstruido con arena, que es arrastrada por los fuertes oleajes.
La situación se agravó el fin de semana.
Los ríos Pululuya y Mandinga, que desembocan en el lugar, no han logrado llegar hasta el mar, generando las inundaciones en la calle principal y en las casas que en su mayoría son de lámina y palmera.
El agua en algunas de las viviendas, ha alcanzado hasta los 60 centímetros, de acuerdo al encargado de la Unidad de Riesgo de la alcaldía de Sonsonate, Carlos Salinas.
El presidente de la asociación de desarrollo comunal (Adesco), Jorge Flores, expresó que el estero no tiene la capacidad de drenar el agua cuando el cauce de los dos afluentes aumenta.
La comunidad tiene 50 años aproximadamente, de haber sido fundada; mientras que el problema comenzó a experimentarse desde hace 20 años, debido a las mareas altas y las lluvias.
Aunque hay periodos de hasta cuatro años que no registran el problema.
Consecuencias
Dos familias se han albergado con otros parientes; mientras que el resto de afectados permanece en el lugar, a pesar de que la alcaldía de Sonsonate les ofreció trasladarlos a un lugar seguro.
Rechazan dicha ayuda bajo el argumento de no dejar sus pertenencias.
El dirigente comunal pidió ayuda porque las personas ya comienzan a presentar problemas en la piel, por la humedad a la que están expuestos desde hace dos semanas.
También requieren víveres y la intervención de las autoridades correspondientes para limpiar el estero, que también es afectado con presencia de lodo, raíces de árboles, y desechos sólidos.
Son 190 familias las que residen en la comunidad; de las cuáles casi la mitad es afectada directamente.
Poco apoyo
A la fecha, sólo la municipalidad se ha hecho presente. Desde el lunes está trabajando una pala mecánica, para hacer un cauce que permita que el agua que está estancada de los dos ríos llegue hasta el mar.
Esta tendrá seis metros de ancho por 140 de largo.
Hasta el martes al mediodía, habían removido 4,000 metros cúbicos de arena para tal fin.
Salinas explicó que en el sitio se hace un banco de arena de hasta 120 metros de longitud, que es la que no permite el paso de los dos afluentes.
Reconoció que dicho fenómeno no lo pueden evitar porque es algo natural.
Aunque una de las alternativas, es subir el nivel de las viviendas para que no sean inundadas.
En octubre del año pasado realizaron dicha acción en 23 casas, cuyos terrenos fueron rellenados con material selecto (cascajo), tierra, y arena.
En algunos casos el nivel de estos subieron entre 50 y 70 centímetros.
Dichas casas no resultaron afectadas con esta nueva inundación.