Las transferencias de $30 en efectivo para “ayudar” con cada mes a los jóvenes salvadoreños que no estudian ni trabajan, los llamados ninis, anunciada por el gobierno y para el que buscaría canales de financiamiento en los organismos multilaterales, se aleja del enfoque de un estudio realizado por el Banco Mundial y publicado en fecha reciente donde dicta algunas recomendaciones para afrontar el problema.
En primer lugar recomienda que los gobiernos deben combatir la deserción escolar, promover el empleo y motivar a los emprendedores antes de ceder a la tentación populista de regalar dinero. Y si hubiese subsidios o becas, estas deben ser condicionadas para que la juventud se forme, y que estas deben estar estrictamente vigiladas y focalizadas.
El estudio titulado: “NINIS en América Latina, 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades”, realizado por los economistas vinculados al área educativa del BM, Rafael Hoyos, Helsey Rogers y Miguel Székely, revisa el fenómeno en la región y plantean que de no actuar de manera preventiva y directa, habrá implicaciones para el futuro económico de cada país, incluyendo a El Salvador.
La investigación realizada por los expertos analiza los programas que han tenido éxito en México, Colombia, Argentina y otros países donde la prioridad se ha centrado en mantener a los jóvenes dentro del sistema educativo; con becas y estímulos monetarios, pero sujetos al rendimiento académico y seguimiento para insertarlos al mercado laboral.
Visto así, la medida anunciada por el gobierno salvadoreño dista de las buenas prácticas estudiadas por los expertos del organismo multilateral y puestas a consideración de los gobiernos de la región en el informe publicado.
Una de las estrategias que debe asumirse como política pública inmediata, afirman los especialistas, es reducir la deserción escolar en los niveles de básica y bachillerato.
Pero el gobierno no ha podido detener las deserciones. El mismo ministro de Educación declaró que en 2015 registraron 39 alumnos que desertaron pese al apoyo de paquetes escolares que se les da y que en eso influye la inseguridad en las escuelas.
Según el informe del BM, los datos obtenidos sobre los tres países del Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) les indicaron que el mayor riesgo en la juventud que promedia los 15 años de edad está en la salida del sistema educativo durante el tercer ciclo.
“Los países de América Central pueden diseñar transferencias monetarias condicionadas bien focalizadas con módulos informativos para dar a conocer a los estudiantes y a sus padres los retornos monetarios y no-monetarios de la educación”, reza el informe publicado por el organismo con sede en Washington.
También insta a países como El Salvador a seguir la tendencia de otras naciones de la región donde se ha puesto hincapié en hacer obligatoria la formación primaria y secundaria y universalizar el bachillerato, una forma de emular a los países desarrollados donde los estudiantes están anclados al sistema educativo hasta concluir la formación preuniversitaria.
Las causas del fenómeno
Los expertos revisan en el estudio las múltiples causas que generan este fenómeno en Latinoamérica, con dígitos inferiores a otras regiones del planeta, pero destacan los embarazos en adolescentes como una causa recurrente en la población femenina, muy superior al de otras partes del planeta.
También resaltan la falta de oportunidades en sus comunidades de origen, deterioro del mercado laboral, y hasta graves problemas de consumo de drogas y pandillas.
Entre los hallazgos se reflejan diferencias sustanciales entre hombres y mujeres en cuanto al abandono escolar, así también los programas desarrollados en varios países han tenido impactos diferentes según el género, y que garantiza el éxito o fracaso.
Propone estrategias
Los investigadores explican que los programas de atención deben ser diversos, pues los experimentos puestos en marcha en países de norte y Sudamérica han demostrado tener diferente impacto según el sexo, la edad y el perfil social de los jóvenes en riesgo.
A la vez sugieren que los sistemas educativos deberían diseñar planes de contingencia focalizados en la detección temprana de eventuales desertores del sistema educativo; una estrategia que consideran de bajo costo, al no suponer ningún recargo financiero levantar registros en las mismas escuelas y trasladar la información a los niveles superiores para la toma de decisiones proactivas.
Pero el estudio aclara que la retención escolar es solo un factor para la primera etapa del problema, puesto que la curva de la edad y el tiempo lleva a estos jóvenes a la edad productiva, donde el Estado en todo su conjunto tiene un papel fundamental que jugar.
En primer lugar hablan de incentivar el empleo, en ese sentido, una estrategia expuesta por los investigadores es que los gobiernos en lugar de declinarse por subsidiar con dinero a los ninis, como lo propone el gobierno salvadoreño, mejor deberían considerar el alcance de acuerdos con el sector privado para promover el empleo y de esa forma crear un ciclo de reclutamiento de este recurso humano.
Incluso, indican que en casos especiales podría considerarse hasta crear “subsidios salariales” para darles empleo, pero no recomiendan que el gobierno desembolse el dinero directamente a los jóvenes para mantenerlos, esto a luz de programas desarrollados en países en vías de desarrollo y otros desarrollados.
Otro de los aspectos importantes que sugieren tomarse en cuenta para tratar esta problemática, es que el tiempo cuenta mucho, pues a medida que un joven permanece por más tiempo como nini, se atrofian las capacidades cognitivas y las habilidades desarrolladas en jornadas de entrenamiento con vistas a insertarse al mercado laboral y, por ende, las perspectivas de rendimiento productividad en el futuro para el individuo se reducen.
“Mejorar la obtención de empleo de los ninis es clave para mejorar la situación actual de la población de jóvenes. Para este caso, el estudio recomienda implementar programas de capacitación y de emprendimiento con diseños innovadores y basados en evidencia, junto con servicios públicos de empleo que pueden mejorar la empleabilidad”, dice el estudio.
Esta investigación del Banco Mundial revela que en América Latina existe un aproximado de 20 millones de jóvenes entre 15 y 24 años que no estudian ni trabajan. Esa cifra equivale a que uno de cada cuatro latinoamericanos en este rango de edad es un nini.
Entre las características fundamentales de este grupo, está que el 60 % proviene de hogares pobres y vulnerables, las mujeres representan dos tercios, acentuado por la maternidad precoz. Pero el grupo femenino se ha incorporado de mejor manera al sector laboral que los hombres, cuya tasa va en aumento.
Entre las coincidencias encontradas en esta población están la salida de la escuela a edad temprana y formación educativa deficiente que limita el acceso al competitivo mundo laboral actual.