Un día como hoy, 30 de junio, pero de 1997, en Londres se publicaba “Harry Potter y la piedra filosofal”, el primer libro de la exitosa saga de J. K. Rowling. La novela tuvo un impacto en todo el mundo y rápidamente pasó a ocupar los primeros puestos de la lista de best-sellers. En el ranking del periódico The New York Times, por ejemplo, estuvo casi por casi dos años.
Lo que no todos saben es que antes de que la editorial Bloomsbury Publishing, apenas fundada, decidiera publicarla, otras 12 casas editoras la habían rechazado.
En realidad, Bloomsbury estuvo a punto de ser la número 13 en desestimar la historia del niño huérfano que descubre que tiene poderes mágicos e ingresa al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería para desarrollarlos. Sin embargo, Nigel Newton, responsable de la editorial, decidió hacer una última prueba antes de decir no. Le dio a leer el primer capítulo a Alice, su hija de 11 años, y esta quedó fascinada.
Por ese entonces, J. K. Rowling era una mujer y madre desesperada, sin dinero, sin trabajo y acuciada por las deudas. “Fue una época oscura, pues tenía que contemplar robar los pañales para mi hija para alcanzar a comprar una lata de frijoles”, confesó al Sunday Times. Vivió durante mucho tiempo de los beneficios del estado. Su primer libro de Harry Potter lo escribió en Edimburgo, Escocia, donde utilizaba varios cafés como oficina, especialmente uno llamado Nicholson. Los libros de Harry Potter han generado la atención alrededor del mundo, ganado múltiples premios, llevado sus historias al cine y vendido más de 450 millones de ejemplares.