La autoestima de nuestros hijos

Una persona con baja autoestima puede reaprender a valorarse a través de un trabajo constante de sus padres, ayuda sicológica o espiritual  

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elsalvador.com

Por Lorena Saca

2016-05-06 6:26:00

“Dime cómo le dices a cada uno de tus hijos y te diré cómo se siente cada uno”. La autoimagen es la percepción propia que cada uno tiene de sí mismo. Sin embargo, la imagen que nuestros hijos tienen de sí mismos, en un inicio está influenciada por la percepción de sus padres y será determinante en una primera etapa (infancia).

Es importante conocer el efecto de la imagen en la inteligencia emocional si queremos hacer un buen papel como padres frente a la gran influencia que representamos en la vida de nuestros hijos. Para ello es necesario saber cómo se adquiere a lo largo de la vida la percepción de nuestra propia imagen y cómo esta puede irse moldeando para adquirir una sana autoestima. 

La imagen corporal. Es la percepción, la imagen mental y la idea corporal acerca de uno mismo. Esta se empieza a desarrollar desde la infancia. A partir de este punto puedes adquirir una percepción correcta o alterada de las características físicas de tu propio cuerpo.  

La autoimagen. Es la combinación de cómo te percibes con todas las características: la imagen del cuerpo, los aspectos sicológicos y los sociales. El cómo eres juzgado por ti mismo y por los demás. Generalmente estos “demás”, los que tienen mayor influencia en la autoimagen, son los padres y los maestros. Es decir, las personas más cercanas y que ejercen una influencia que puede ser positiva o negativa en cada uno. 

La autoestima. Es cómo te sientes acerca de ti mismo. Son tus sentimientos basados en la autoimagen y la cantidad de estimación que percibes que las demás personas tienen hacia ti. La aprobación y la aceptación social juegan un papel importante en el desarrollo de la autoestima cuando no se tiene una clara realidad del propio valor como persona. 

Una persona con baja autoestima puede reaprender a valorarse a través de un trabajo constante de sus padres, ayuda sicológica o espiritual. Algunas veces basta una asesoría en imagen integral llevada a cabo por profesionales especializados para lograr una sana autoestima. 

La autoconfianza o confianza en uno mismo. Se refiere a tus creencias y a la confianza que tienes de ti mismo. Es el reflejo o el resultado de la autoimagen y la autoestima que has adquirido a lo largo de tu vida, lo que te permitirá desarrollarte plenamente en tu vocación. Cuando la persona sabe el por qué y el para qué de su vida, está muy fortalecida y denota autoconfianza. La persona puede salir adelante en lo que se proponga porque se conoce a sí misma, sabe lo que quiere y cuenta con las habilidades y herramientas para desarrollarse. La apariencia es solo un factor en el desarrollo de la autoconfianza y esta aumenta cuando la persona sabe comportarse y reflejar una imagen integral de quien es ella. 

La autocompetencia, el último estado de la imagen. Se refiere a las habilidades específicas que el individuo posee y domina. Una persona con una sana autoestima tendrá una competencia consigo misma por alcanzar su vocación, su ideal y podrá mantenerse alejada o poco influenciada por factores externos negativos. La competencia no será con otros, sino consigo misma, tratando de superar los obstáculos para lograr sus metas.  

Estos factores nos ayudan a conformar la imagen de nosotros mismos y es por eso que los padres jugamos un papel preponderante en la percepción que nuestros hijos adquieran sobre su imagen y estima. La autoconfianza y la autocompetencia serán las adecuadas si les ayudamos a formar una sana autoestima. 

Nuestras palabras y demostraciones de afecto a nuestros hijos, independiente de que sean inteligentes o guapos, deben de cuidarse para no influenciarlos equivocadamente. Hay que enseñarles a que se acepten, se quieran y sean felices como son. 
Te recomiendo tres libros: “La Afectividad”, de Miguel-Ángel Martí García; “Educar los sentimientos”, de Alfonso Aguiló, y “Amor y autoestima”, de Michel Esparza. Ser madre es de las cosas más bellas que nos pueden pasar en nuestras vidas.