Desde hace cuatro años, Marina Flores, es la alcaldesa de la comuna de Uluazapa, en San Miguel, una tarea nada sencilla para una madre de tres niños, de uno, ocho y 10 años, que demandan el tiempo y atención de la funcionaria.
“Es una labor complicada ser madre y alcaldesa a la vez; pero no imposible de hacer, la formula está en dar a cada labor su espacio necesario, porque es importante hacer tareas con los niños atenderlos y nunca mezclar el trabajo con la familia”, explicó. Para poder cumplir con sus dos roles, la joven alcaldesa debe levantarse a diario muy temprano, preparar la ropa de sus hijos, bañarlos, darles de comer e irlos a dejar a la escuela, como lo hace cualquier madre. Al mediodía se encargada de recoger a sus hijos en la escuela, almuerzan juntos, revisan tareas y adelantan un poco, hasta la hora que entra a sus labores por la tarde en la comuna.
A diferencia de muchos alcaldes, Flores en vez de llegar a descansar a su casa, llega a terminar las tareas junto a sus hijos, hacer la cena y revisar que todo esté listo para el siguiente día.
“Así como dedico tiempo a las comunidades, también dedico el espacio a mi familia, para que los niños no noten la ausencia de los padres, en lo personal soy una madre muy hogareña que disfruto estar en casa con mis hijos”, reveló Flores. Cuando decidió incursionar en la política no fue sencillo, pues su familia esta compuesta por mujeres muy hogareñas y que no gustan de ser personas muy públicas, pero el apoyo de su esposo la impulsó. Lo tomó como un reto para mostrar que las mujeres son capaces de hacer todo lo que deseen.