MORAZÁN. Después de tres años de gestión y más de nueve meses en las labores físicas; la unidad de salud de Yoloaiquín fue reabierta al público.
La noticia alegró a la comunidad. Muchos aseguraron que las antiguas instalaciones estaban en muy mal estado antes de ser intervenidas.
Cristóbal Fuentes, vecino del lugar, indicó que “estamos muy felices, después de ver los frutos de un largo proceso que hoy nos deja una mejor clínica”.
Aseguró que el esfuerzo en la renovación total de la unidad fue posible, por el apoyo internacional de la embajada de Japón, que después de analizar la petición de los dirigentes comunales, decidió apoyarles.
El proyecto consistió en la reconstrucción y ampliación de los módulos que integran el edificio original, donde inicialmente había dos consultorios para los más de 40 pacientes que llegaban a diario al sanatorio.
Ahora se convirtieron en cuatro consultorios, y otras áreas necesarias para el buen servicio de los pobladores; además cambiaron techos, pintaron el edificio y ejecutaron otras mejoras.
La inversión total en la obra fue de 202 mil 718 dólares, de los cuáles el gobierno japonés donó 125 mil 763; mientras que el Ministerio de Salud 41 mil dólares.
Esto último se destinó a las obras preliminares; es decir la elaboración de la carpeta técnica y la dotación de equipo para la unidad.
La comuna de la ciudad también aportó 32 mil dólares para hacer trabajos de terracería y construcción de muros.
Los pobladores también apoyaron el proyecto, poniendo la mano de obra, que fue valorada en más de tres mil dólares.
Fuentes aseguró que “agradecemos al gobierno de Japón por darnos esta gran ayuda y ahora poder contar con una unidad de salud digna”.
Kazuho Kawamata, encargado de negocios de la embajada de Japón, explicó que el apoyo brindado a la comunidad de Yoloaiquín, fue dado en el marco del Programa de Asistencia Financiera no Reembolsable para Proyectos Comunitarios de Seguridad Humana (APCS).
“Estamos contentos de poder ayudar a esta comunidad que desde ahora cuenta con renovadas instalaciones, ofreciendo un mejor servicio de salud para sus ciudadanos”, expresó el diplomático.
Alba Luz Ramos, directora de la unidad indicó que la unidad de salud fue construida en los años 80, por lo que techos, ventanas, sistema eléctrico ya habían caducado y requerían de ser renovados.
Sostuvo que lo que más les preocupaba, eran las paredes agrietadas, pues temían que cedieran.
“Trabajamos en un local que nos prestó la alcaldía para poder atender a los más de 50 pacientes que recibimos a a diario”, reveló la médico.