No es achicar “el Estado” eliminar a los innecesarios

Subir impuestos, agrandar burocracias, meterse a programas de "creación de empleo", elevar el IVA, son fórmulas para el desastre.

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Foto Por edhdep

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2016-05-11 9:42:00

El Secretario Técnico puede estar muy seguro de una cosa: nadie en sus cabales está pidiendo reducir “el Estado”, suprimir ministerios, fusionar otros, clausurar dependencias, exceptuado el caso de la Asamblea Legislativa y su pléyade de asesores, oficinas, servicios, etcétera.

Lo que la gente pide es que se supriman las plazas de gente que nada produce y cuya contratación es un insulto para los salvadoreños de trabajo, de cuyos bolsillos sacan los salarios de estos otros.

¿De qué sirven estas cuadrillas de gente innecesaria? En parte se vio en las marchas comunistas del 1 de mayo: empuercan paredes, dañan vehículos, vociferan y amenazan, emulando lo que los seguidores de Rousseff están haciendo en varias ciudades de Brasil.

No es “reducir el Estado” suprimir lo que no contribuye sino que por el contrario perjudica grandemente el bienestar y el empleo del país.

Las principales recomendaciones de la misión del Fondo Monetario son positivas y deben ejecutarse.

Una muy importante recomendación es no subir o hacerlo en una muy pequeña medida, el salario mínimo, por dos razones que exponemos nosotros: la primera, que las empresas, y más las del agro, no están en condiciones de pagar esos salarios; muchas de ellas tendrán que suprimir personal, mecanizarse en lo posible con igual resultado o cerrar.

Más desempleo para un país que lo sufre en demasía.

El argumento de que alzas por decreto “aumentan el consumo” es infundado, pues de ser así que de una vez se tripliquen o cuadrupliquen los salarios de todos los trabajadores para que haya muchísimo consumo, con ello una gran demanda, con la gran demanda gran producción y todos al jauja. 

Comiencen por enviar una misión a Venezuela para darle a Maduro la primicia de la fórmula para la prosperidad.

Los del grupo en el poder afirman que lo de hoy es lo de hoy, que van a atender los problemas de hoy y por lo mismo no les corresponde ocuparse de la situación nacional de aquí a veinte años. O como dijo Luis XIV en una frase mal interpretada, “après moi, le déluge”, después de mí, el diluvio.

El diluvio en el caso salvadoreño y al paso que lleva será un endeudamiento imposible de pagar, la insolvencia, el colapso de los servicios públicos, las pandillas empiernadas con poderes públicos, el sistema educativo colapsado, hambrunas y misiones para repartir alimentos como en África.

La fórmula del crecimiento: trabajar y cumplir con la ley 

 El FMI, dicen algunos, es como el personaje de la novela de Stevenson, Dr. Jeckyll y Mr. Hyde. A las buenas y muy constructivas recomendaciones (Dr. Jeckyll) le agregan ruinosas exigencias como subir el IVA, incrementar en un tres por ciento las recaudaciones fiscales, etcétera (Mr. Hyde).

Subir impuestos, agrandar burocracias, meterse a programas de “creación de empleo”, elevar el IVA, son fórmulas para el desastre. Es lo que el señor Rajoy no entiende y está con sus medidas draconianas empobreciendo a España y casi entregándola a partidos de demagogos como Podemos y a los extremistas catalanes.

No hay fórmulas mágicas para la prosperidad fuera de cumplir con la ley y trabajar duro.