USULUTÁN. Los habitantes del cantón San Felipe, en el municipio de Berlín, tienen años sufriendo por no contar con el servicio de agua potable en sus residencias.
De hecho para poder obtener el liquido, deben viajar unos 15 kilómetros hasta el casco urbano por unas calles de difícil acceso.
Ante esta necesidad el Fondo Ambiental de El Salvador (Fonaes) ha implementado un proyecto de sistemas de captación de agua lluvia para todas las familias, en los cantones San Isidro y San Felipe.
Los representantes de la institución indicaron que en San Felipe se han ejecutado dos proyectos que le dan cobertura a 77 familias de la comunidad.
Este es el segundo proyecto que ejecutan en la zona, pues desde 2010 han instalado este sistema, con el que pretenden dar cobertura al cien por ciento de las familias de la comunidad.
El primer proyecto ejecutado fue por un monto de más de 67 mil dólares, beneficiando a 30 familias.Mientras que el segundo esfuerzo tiene un costo de 109 mil 091 dólares, beneficiando a 47 familias.
Precisamente en el marco de este esfuerzo, construyen el primer proyecto colectivo de captación de agua lluvia para uso doméstico, en el caserío Los Guevara, Cantón San Felipe. Este proyecto consiste en un área de captación de agua lluvia de 110 metros cuadrados, lo que permitirá la recolección de 100 metros cúbicos del liquido.
Además hicieron la instalación de una batería de 10 lavaderos que vendrán a beneficiar a toda la comunidad.
La inversión en esto fue de 32 mil 958 dólares, de los que Fonaes aportó la cantidad 27 mil 554 dólares, gracias al gobierno francés.
Los sistemas de captación de aguas lluvias domiciliares que ha instalado el Fonaes, les permitirán almacenar a cada familia, durante el invierno, 10 metros cúbicos de agua, con lo que les garantizan acceso a agua de mejor calidad que la que actualmente consumen, pues además les proporcionan un filtro de plata a cada a familia.
“Agradecemos a Fonaes y al Gobierno de Francia, por los sistemas de captación para nuestras casas y por este tanque y lavaderos” , dijo Arnoldo Villanueva, líder de la comunidad.
Las familias explicaron que para obtener el agua solo tenían dos opciones: comprarla a los camiones cisterna que se las vendían a cuatro dólares por barril, o viajar dos horas en vehículo para ir al río más cercano o al casco urbano.
Ante esta precariedad, la comunidad se organizó, y una vez cada dos semanas pagaban dos dólares por persona para que 45 pobladores pudieran ir a San marcos Lempa, en Usulután, a lavar ropa y halar agua, pero aseguran que no todos tenían el dinero para hacerlo.