Así como hay investigaciones para analizar el comportamiento de los infieles, también las hay para descubrir el por qué hay parejas que sí logran ser felices y madurar su relación en el tiempo.
Es el caso de un estudio realizado por investigadores de The Open University —que trabajó con 4.494 británicos de entre 18 y 65 años y analizó el comportamiento de 50 parejas, la mitad de ellas con hijos—, cuyos resultados fueron publicados en forma de libro bajo el título “The Secrets of Enduring Love: How to Make Relationships Last”.
Para sorpresa de muchos, el sexo no figura entre las diez respuestas más frecuentes a la pregunta ¿qué es lo que más le gusta de su relación?, según lo manifestado por las autoras del libro, Meg John Baker y Jacqui Gabb.
Reír juntos, compartir valores e intereses, ser mejores amigos, protegerse entre sí, seguridad, ser felices, confiar el uno al otro, compartir una relación cercana de amistad, conversar y escucharse, enamorarse y sentirse amados, fueron las razones más escuchadas.
De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Carolina del Norte, cada vez que abrazas a tu pareja por al menos 20 segundos, las probabilidades de que la infidelidad ocurra, disminuyen tremendamente.
“Esto se debe a que este neurotransmisor fomenta una sensación de comodidad y vinculación innata, por lo que el cerebro actúa como si todo fluyera muy bien, lo cual evita que la pareja sienta la necesidad de buscar a alguien más”, se lee en nota de Mariel Reimann, de KSL Latino.
La doctora Margarita Mendoza afirma que los conflictos, la rutina y la inseguridad son situaciones que se pueden resolver con madurez, si el amor es más fuerte. “…son situaciones que pueden mejorar hablando y en casos extremos mediante una terapia”, detalla.
Asimismo, sugiere a las personas que sospechan una traición cerciorarse bien antes de lamentarlo, trabajar en una buena comunicación, evitar los pleitos, dejar fuera de la discusión a los hijos, dejar de mentir y buscar soluciones reales. Por su puesto, ambos deben comprometerse a trabajar en ello, no suplicando, sino respetándose. Trabajar en los detalles y recobrar esa complicidad que los unió.