Fallas ponen en riesgo a Maternidad y pacientes

A dos años de inaugurado persisten fallas desde las instalaciones hasta equipos.

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Reclamos entre la empresa constructora y Minsal destacan fallas que podrían afectar el funcionamiento del hospital. 

/ Foto Por Archivo

Por Xenia González Oliva

2016-05-15 8:00:00

Rompimiento de tuberías, desperfectos en elevadores y aires acondicionados, plantas eléctricas que no funcionaron durante un apagón y dejó sin energía al pabellón de neonatos. Estas son sólo algunas de las fallas que han caracterizado los primeros dos años de funcionamiento del nuevo hospital de Maternidad y que ponen en riesgo no sólo las instalaciones sino también las vidas de los pacientes.

Conozca las ocho fallas que persiguen al nuevo hospital de Maternidad.

En notas de correspondencia, a las que El Diario de Hoy tuvo acceso por medio de la Oficina de Información y Respuesta (OIR) del Ministerio de Salud, se constató cómo una serie de fallas ha perseguido la puesta en marcha del nuevo Maternidad, ahora denominado Hospital Nacional de la Mujer “Dra. María Isabel Rodríguez” y que fue expuesto por el gobierno de Mauricio Funes (2009-2014) como su “proyecto estrella”.

El cuadro se agrava por una disputa entre la constructora y el Ministerio de Salud por reclamos de la obra y su mantenimiento.

“Se solicita respuesta inmediata, especialmente en áreas críticas que, de no cumplir con las condiciones requeridas, puedan afectar el funcionamiento de las mismas y poner en riesgo, incluso, la vida del usuario”, advierte una nota escrita el 27 de enero de 2016 por María Calero, directora en funciones de la Dirección de Desarrollo de Infraestructura Sanitaria (DDIS) del Minsal. 

“Debido a la situación anterior solicito con carácter de urgente se nos informe cuándo se iniciará con los mantenimientos preventivos de los demás Equipos Propios del Inmueble (EPI) instalados en el hospital, los cuales se requiere inicien de inmediato, ya que nos encontramos en una situación crítica que está afectando el funcionamiento del hospital”, exigió Natalia Díaz, administradora de contrato obra 1 del Minsal, en una nota con fecha 16 de junio de 2015.

Ambas notas son parte de los reclamos realizados por el Minsal debido a problemas surgidos en el hospital. 

Pero, el 20 de abril de 2015, el representante legal de Ingeniería Integrada de Proyectos, S.A. de C.V. (INPRO), Max Interiano, reclamó que no había  contratos específicos para el mantenimiento.

“La falta de mantenimientos está afectando las condiciones óptimas de los equipos para su perfecto funcionamiento y, por tanto, están poniendo en riesgo los equipos y su garantía”, expuso.

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Construido “con el pie izquierdo”

El actual edificio de Maternidad fue inaugurado el 10 de mayo de 2014, cinco años después que el entonces presidente Funes pusiera la primera piedra y que su gobierno lo anunciara como un centro moderno y especializado en el sistema de salud pública del país.

De hecho, la apertura pareció hacerse de manera precipitada ante la muy próxima salida de Funes del gobierno.

 Sin embargo, desde mucho antes de que se completara su edificación, surgieron una serie de hechos que anunciaban  no solo que se generaría una difícil relación entre las empresas constructoras y el Ministerio de Salud, sino que también podría haber fallas en el diseño que, en algún momento, afectarían el funcionamiento del hospital.

Los problemas surgieron desde inicios de 2012, en la detección de suelos con una humedad mayor de la adecuada para la construcción del hospital, hasta llegar a las continuas rupturas de las tuberías del nuevo edificio, que han seguido ocurriendo en lo que va del 2016. 

Notas en la bitácora de construcción del nuevo Maternidad, al igual que notas de correspondencia entre distintas instancias del Minsal y la empresa constructora INPRO, dan cuenta de la tumultuosa relación que se ha generado entre ambas entidades.

Mientras INPRO exige el cumplimiento del contrato y que el Minsal reconozca que hubo fallas en el diseño de la obra, Salud puja para que se cumpla el mantenimiento preventivo y correctivo de la estructura y equipos del edificio. 

En el mamotreto de notas archivadas en la oficina de la Unidad de Adquisición y Compras Internas (UACI) del Minsal se puede leer cómo la correspondencia pasó de simples llamados de atención a sutiles y no tan sutiles  amenazas entre ambas partes.

Entre distintas oficinas del Minsal, por ejemplo desde la DDIS a la UACI, hay notas en las que se exige se implementen las medidas necesarias para que las empresas  atiendan las dificultades presentadas desde la etapa de puesta en marcha de las instalaciones.

Por su parte, INPRO sostiene que no le gustaría volver a entrar en disputas legales por errores en la elaboración del presupuesto de la obra, realizado por el Minsal.

Hasta la fecha, muchos de estos problemas han generado otros, como fallas en el aire acondicionado, los elevadores y la conexión de fibra óptica, que aún no han sido solventados. 

El Minsal, incluso, ha advertido que estos desperfectos pueden  perjudicar la atención y la vida de los pacientes.

El inicio de las fallas

La bitácora de construcción de la obra 1, el edificio de hospitalización, a cargo de INPRO tiene como fecha de inicio el 7 de marzo de 2012, tres años después de la colocación de la primera piedra el 3 de septiembre de 2009.

Pocos días después de haber comenzado los trabajos de excavación en la zona, el 26 de marzo de 2012, INPRO advierte a la supervisión, a cargo de Consulta, de la existencia de material suelto y en malas condiciones.

“A raíz de esto se hicieron sondeos donde se confirman las malas condiciones del subsuelo”, avisó la empresa.

A partir de entonces, transcurrieron meses para que se lograra llegar a un consenso sobre qué debía realizarse para poder continuar las labores.

INPRO exigía que se llevaran a cabo todos los estudios de suelo necesarios.

“No se puede continuar la obra por los riesgos que ello representa. Siendo un tema que puede tener graves consecuencias para el Estado de la República de El Salvador”, manifestó la empresa contratista en una nota con fecha 4 de mayo de 2012.

Durante esos meses, INPRO mantenía la posición de que era necesario instalar pilotes empotrados en roca para garantizar la estabilidad del edificio. No obstante, Consulta y el Minsal sostuvieron que los estudios indicaban que solo era necesario restituir con suelo-cemento.

El 3 de julio de ese año, la contratista advirtió que iniciaría dicha restitución, pero que, si en caso de sismo de gran intensidad el hospital resultaba dañado, no se harían responsables, ya que habrían demostrado la necesidad de los pilotes de roca.

Por su parte, la supervisora señaló que la contratista había aceptado la propuesta de mejoramiento de suelo en la zona y no había podido brindar una explicación adecuada a su reserva técnica. 

Todavía, casi cuatro años después, se mantienen las discrepancias sobre dicho punto.

Una fuente técnica del Minsal reiteró que se hicieron todos los estudios posibles en la zona, incluso con especialistas en sismología,  y que se determinó que solo era necesaria la restitución de los suelos, a base de suelo cemento. 

Señaló que la negativa de la contratista acarreó más problemas, ya que el atraso implicó que la época lluviosa afectara la zona donde se realizó la excavación, que  se había dejado descubierta sin avanzar la obra.

Una fuente  interna de la empresa considera que persiste el riesgo de inestabilidad del que INPRO dio aviso en 2012. Esto, debido a que se restituyó una capa del suelo, pero bajo esa capa el suelo podría continuar húmedo.

Millonaria demanda contra el Minsal

El 20 de julio de 2015, la Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) declaró la obligación del Estado de El Salvador, en el ramo de Salud, de pagar a INPRO $1 millón 882 mil 484.34 más el impuesto a la transferencia de bienes muebles y a la prestación de servicios, por obra realmente ejecutada. 

Casi dos años antes, el 22 de agosto de 2013, INPRO interpuso un proceso contra el Minsal en la Cámara Primera de lo Civil, argumentando que tuvo que construir mil 928 metros cúbicos de paredes estructurales, pero en el plan de oferta presentado por el Minsal el volumen de obra a ejecutarse, en cuanto a paredes estructurales, era solo de  336.24 metros cúbicos. 

No son pocas las notas enviadas por INPRO al Minsal, en las que le recuerda que no ha hecho efectivo ese pago y se ha sostenido que la base del problema fue un error de diseño en la elaboración del presupuesto, responsabilidad del Ministerio de Salud.

“La firmeza de la sentencia implica que el retraso en el pago está generando un interés resarcitorio por los daños y perjuicios sufridos, por lo que el pronto pago de la misma implica un ahorro para el Estado”, indicó el representante legal de INPRO, Max Interiano, en una carta dirigida a la ministra de Salud, Violeta Menjívar, el 15 de julio de 2015.

Al respecto, la fuente técnica de Salud ha dicho que fue INPRO quien cometió un error al malinterpretar el plan de oferta. En este se incluía una partida para paredes estructurales, que consistía en esos 336.24 metros cúbicos mencionados. Pero además, en la sección del cubo escalera y elevadores, que debía ofertarse por medida de suma global, contenía el resto de las paredes estructurales.

Según el documento de la partida, esta sección debía incluir las gradas forjadas, las ménsulas, las vigas principales y secundarias, losa densa de escaleras y descansos, paredes de bloque de concreto y concreto armado, losa de cuarto de máquinas, losa de techo. 

Pero, según INPRO, este argumento es solo una salida que el Minsal ha intentando buscar ante su error.

Aseguró que como institución debía notar que la oferta presentada por la empresa era menor si realmente ahí estaba pidiendo el resto de las paredes estructurales. INPRO es quien habría notado que la cantidad de paredes estructurales era mayor durante la construcción. 

Este punto sigue sin resolverse, pese a que ya hay decisiones de tribunales. 

La crisis de las tuberías 

Durante el primer año de funcionamiento del hospital, la ruptura de tuberías ya se había convertido en un serio problema.

El caos provocado por estos estallidos es capaz de paralizar momentáneamente los servicios, tal como ocurrió el 17 de febrero, cuando Comandos de Salvamento avisó que la Emergencia del hospital no recibió a una paciente porque el área estaba inundada.   

Durante la primera semana de mayo hubo otra ruptura de tubería que anegó parte de la lavandería y afectó la labor en esa área, según reportaron empleados del hospital. 

Las autoridades de Salud han dado declaraciones dispersas sobre la situación de las tuberías en varias ocasiones. En septiembre del año pasado, Menjívar dijo que se dispondría de un fondo para hacer las reparaciones necesarias en todo el hospital. 

En los primeros meses de 2016, tanto ella como el director de Hospitales, Luis Fuentes, declararon que se realizaría un diagnóstico para determinar la causa del problema y deducir responsabilidades. 

En una nota con fecha de 20 de enero de 2015, INPRO advirtió de problemas en el sistema de bombeo del hospital. Incluso, avisó que ya no respondería a las solicitudes de reparación.

El 22 de febrero de 2016, reiteró su posición en otra nota enviada por Interiano a la jefa de la UACI del Minsal, Isela Mejía. En esta señalaba haber tenido que llevar a cabo una gran cantidad de reparaciones en tuberías de agua potable, aunque las causas que provocan dichas fallas no son su responsabilidad. Añadió que hay una deficiencia en el diseño, calibración y operación del sistema de bombeo y que, para esa fecha, el Ministerio de Salud no había tomado las acciones correctivas. “Mientras no se solventen estas observaciones, se continuará dañando la obra realizada por mi representada INPRO pues es allí donde repercute”, expresó Interiano, quien convocaba a una reunión de técnicos relacionados con la construcción del hospital.

El 18 de diciembre de 2015, la empresa Consulta presentó un informe de todas las fallas que afectan al hospital;  entre estas consignó el sistema de bombeo instalado por otro contratista: Abantia. La supervisión observó que esta empresa no atendió a los llamados del Minsal, por lo que la entidad intervino el equipo contratando a una tercera empresa, la cual alteró el protocolo de funcionamiento establecido y después gestionó la compra de un dispositivo, variador de frecuencia, para instalarlo a los equipos de bombeo para poder regular el arranque de los motores, pero lo haría una empresa distinta. La supervisora Consulta advirtió que esto afectaría la garantía. Entre todas las notas revisadas, al parecer, Abantia no ha mantenido comunicación con el Minsal. Consulta señaló que Abantia no tiene ninguna oficina en el país.

Estos problemas incluso han provocado discrepancias entre distintas instancias del Minsal, después de que el área de asistencia jurídica de la UACI consideró que era procedente acceder a lo solicitado por la contratista para conocer a fondo la problemática. Ante esto, Calero, directora de la DDIS, respondió el 10 de marzo de 2016 que era preocupante que el asesor jurídico transcribiera la postura de la contratista y que la dirección no había recibido ningún tipo de análisis con sustento técnico. El 15 de marzo, la jefa de la UACI les manifestó que solo recomendó abordar la problemática en una mesa técnica para corroborar si INPRO dice la verdad o, si es falso, obtener un asidero legal para deducir responsabilidades.

Mientras tanto, persiste el riesgo de una ruptura de tubería en un área crítica, como lo es el quirófano.