Corredor Seco de Centroamérica ha enfrentado la peor sequía

La región ha vivido la peor sequía de los últimos 30 años, ocasionando que se pierdan las cosechas de 2013, 2014 y 2015, según los expertos.

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La NASA indicó que éste es el peor embate de El Niño desde los años 1997 y 1998. 

/ Foto Por EDH

Por AGENCIAS

2016-05-16 10:00:00

El fenómeno El Niño ha afectado duramente la zona centroamericana, cuyo sector ha sido el más vapuleado debido a las bruscas modificaciones de las condiciones meteorológicas, según lo destacan periódicos internacionales.

Desde 2012 las lluvias han sido muy precarias en toda Centroamérica, lo que ha traído como consecuencia que el factor “sequía” haya echado a perder las cosechas de los años 2013, 2014 y 2015.

Las pérdidas fueron, según las estadísticas, de un 70 % a 80 % de la producción en el rubro del maíz en la región, ingrediente indispensable para la dieta de los habitantes del Corredor Seco.

Tal como lo han informado representantes del sector productivo en El Salvador, la sequía ha dejado en una condición crítica a miles de familias del área rural, que hoy en día no tienen ni para suplir sus necesidades.

“Nosotros propusimos un decreto de emergencia el año pasado, y no se hizo; pero creemos que todavía estamos a tiempo”, ha señalado anteriormente el presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), Luis Treminio.

Los agricultores han pedido en varias ocasiones que se puedan crear medidas de emergencia, como la entrega de alimentos a las familias que enfrentan problemas de alimentación.

“Son 150 mil familias que van a requerir de alimentos”, dijo también Mateo Rendón, dirigente de la Mesa Agropecuaria Rural e Indígena.

El corredor seco esta conformado por 104 municipios en El Salvador, en los que se estima que 100 mil productores podrían verse afectados.

Analizaran impactos

Precisamente, los impactos que ha dejado el fenómeno de El Niño en la región, será un tema a debatir en el próximo foro regional “Impacto del riesgo de sequía y otros efectos adversos del cambio climático”, un evento que se celebrará en Guatemala y que se presenta como un espacio de análisis para posicionar a la sequía en la Cumbre Mundial Humanitaria, que se realizará el 23 y 24 de mayo en Turquía.

La idea es tener la oportunidad de abordar los impactos, proyecciones y necesidades derivados de las potenciales crisis humanitarias a las que se enfrenta Centroamérica, que han provocado una mayor extensión de la roya, una falta sistemática de empleo, un aumento de la inseguridad alimentaria, una proliferación de la plaga del gorgojo y la propagación del dengue, la malaria y el chikunguña.

Para el experto en el tema, Iván Aguilar, esta es una situación de por sí “compleja”, que no tiene una solución fácil.

También el experto en la materia, Guido Calderón, añade que esto no pasa solo por el dinero, sino por la “voluntad política de querer entrarle al problema”.

“Los gobiernos de Centroamérica no quieren reconocer que el área tiene una alta vulnerabilidad. El hecho de que esté lloviendo ahora no soluciona el problema, porque lo único que hacemos es darle vueltas a la tortilla”, proclama Calderón, de origen salvadoreño, 

Aguilar agrega: “Y la vulnerabilidad no es consecuencia de la casualidad”.

A su juicio, esta fragilidad, causa de un sistema económico desigual, se ve acrecentada con una mala distribución de la riqueza, la falta de capacidad de los gobiernos para responder y la debilidad de los sistemas de educación y sanidad, que ni siquiera proporcionan una cobertura básica.

En este contexto, las familias del Corredor Seco, tienen asegurada la dieta de la desnutrición, a base de maíz y frijol – “más maíz que frijol”, puntualiza Aguilar-, y estos sustentos “no garantizan una alimentación adecuada ni en calidad ni en cantidad”, sino que ese origen en una comida “muy, muy básica, que solo da para no morirse”.

Más de 3.5 millones de personas están sufriendo las consecuencias de una crisis humanitaria silenciada que se ha convertido en una “miseria tolerable”, y es que la desnutrición crónica “no mata”, solo condena a la pobreza, lo que parece haber provocado otro problema: el olvido de la región.