Pedro Espinosa era un ingeniero recién graduado que trabajaba para una empresa multinacional petrolera y se encontraba de viaje en Estados Unidos, donde observó algo que lo inspiró a abrir su propio negocio.
Era una venta de yogur helado, y Espinosa, que venía de una familia de empresarios españoles del sector de la heladería, pensó que había encontrado lo que buscaba.
“Solo quería crear mi pequeño negocio, no buscaba montar una empresa muy grande, sino tener mi propio medio de vida”, dijo el emprendedor, en una entrevista publicada por el diario ABC, de España.
En 2009, en medio de la crisis financiera mundial, el joven de 24 años decidió abrir la que según dice fue la primera tienda de yogur helado en España, con la marca Llaollao.
Nueve años después, la empresa se había expandido tanto que abrió su primer local en El Salvador, específicamente en el centro comercial Multiplaza, en Antiguo Cuscatlán.
El mes pasado, Espinosa inauguró una segunda tienda Llaollao en el país, de la mano de su socio salvadoreño, Rafael Salomé.
El nuevo local abrió en Metrocentro San Salvador. El franquiciatario local explicó que el plan es abrir entre seis y siete locales en El Salvador, en el transcurso de tres años. Después vendría el salto internacional.
“Nosotros tenemos una base de producto única; el sabor es único: el yogur helado, que está hecho con leche desnatada, y luego tenemos una gran variedad de toppings, que son los productos que se ponen encima del yogurt, que pueden ser frutas, crancs, salsas… todos estos productos son elegidos por el cliente, y es el cliente el que decide cómo personalizar su Llaollao”, explicó el empresario español.
Espinosa sostiene que esta posibilidad de que el cliente arme el helado a su gusto, es una de las claves del éxito que Llaollao ha tenido en más de 26 países.
También ha contribuido el hecho de que este tipo de postre tiene menos calorías que el yogur tradicional, según dijo Salomé.
El franquiciatario salvadoreño añadió que en el país el producto “ha sido un éxito”, y como ejemplo mencionó que algunas personas llenan la tarjeta de cliente frecuente, que tiene 15 sellos, en apenas una semana.
Salomé, quien también opera en El Salvador otras franquicias de alimentos, como Subway, sostuvo que se esmeran por ofrecer al cliente la calidad de Llaollao con un excelente servicio.
“Usted pidió lo que pidió, usted lo prueba, y si a usted no le gusta, se le cambia”, aseguró el empresario salvadoreño.
Planes de crecimiento
Con respecto a los planes para abrir más tiendas, Salomé dijo que “ya tenemos reservadas dos ubicaciones en centros comerciales que no existen todavía pero que ya están programados para construirse, en oriente y en Zona Rosa (San Salvador)”.
Simultáneamente, espera la empresa es expandirse a Honduras y Guatemala.
“En la segunda mitad de este año queremos abrir en Honduras”, añadió el empresario, y detalló que esas tiendas estarán en Tegucigalpa y San Pedro Sula.
La pauta la marcará la posibilidad de encontrar locales disponibles en lugares de alto tránsito de personas, ya sea dentro o fuera de centros comerciales.
La expansión a Guatemala, según dijo Salomé, está prevista para 2017, y posteriormente seguirían Nicaragua y Costa Rica, hasta dond la franquicia les permite llegar, porque en Panamá ya existe otro operador.