En El Salvador hay arte joven

Llega la cuarta edición de Hocus Pocus. En este evento del Marte, el curador invitado, Omar López-Chahoud, conoció la propuesta salvadoreña y se sorprendió 

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elsalvador.com

Por Rosemarié Mixco

2016-05-18 7:41:00

Como arte de magia, Hocus Pocus  revela las nuevas corrientes y propuestas estéticas del arte contemporáneo en El Salvador.
Este esfuerzo, que contribuye a consolidar el Programa Marte Contemporáneo, consiste en un sorteo de obras donadas por artistas contemporáneos y emergentes nacionales e internacionales. El número de obras es igual al número de boletos vendidos a coleccionistas jóvenes para participar en la rifa. Los tiquetes se seleccionan al azar y de esta forma todos los participantes se llevan a casa una de las obras donadas.  Al final, se elige a un ganador entre los artistas.

Además del sorteo y la exposición, el comité invita a un experto internacional para impartir una charla a los artistas, conocer el portafolio de cada uno de estos y elegir las tres mejores propuestas. 

“Estructuras subtropicales”, del artista Simón Vega. Impresión digital de 35.5 x 53 centímetros.

Ayer, el Museo de Arte (Marte) llevó a cabo la cuarta edición de  este evento, con una convocatoria de 65 artistas. El curador invitado: Omar López-Chahoud.

¿Curador? Sí, ese personaje del mundo de las artes plásticas, cuya formación le permite exponer, valorar, manejar, conservar y administrar los bienes artísticos.

López-Chahoud ha sido curador de múltiples exposiciones, es director artístico y curador de la feria internacional Untitled, Art y miembro del Comité de Adquisiciones del Bronx Museum. Se formó académicamente en la Universidad de Yale y en la Royal Academy of Arts de Londres.

“El universo de mi pecho”, del salvadoreño Vladimir Renderos, elaborada con colores grasos sobre ensamble de papel naturalmente envejecido. 

Esta es su primera vez en El Salvador y está sorprendido de la propuesta de los artistas nacionales. Él ve una generación muy enfocada en su trabajo, dedicando mucho tiempo y con un deseo muy grande de investigación, con obras que llegan a materializar lo visual a través de diferentes géneros, sin limitar los medios.

“Pero lo que más me ha interesado es que existe un proceso de investigación, que hay una base conceptual bien fuerte en muchos de los artistas con los que he hablado y eso me intriga muchísimo, porque es un campo fértil de producción que fácilmente se puede incorporar a un diálogo más global”.

“Adelaida Guzmán Saldos”, de Nadie (El Salvador). Collage de 28 x 20.5 centímetros. 

El curador espera que su aporte a este esfuerzo permita crear puentes, para que otros amantes del arte se decidan a visitar el país para conocer más de cerca la propuesta salvadoreña. “Están muy bien informados”, agrega.

Sin embargo, ese asombro que motiva a López-Chahoud también lo afecta en su sensibilidad artística, al percatarse de la dura realidad que enfrentan los artistas en El Salvador, un país que invisibiliza su arte, que prefiere ver hacia fuera antes de valorar lo nacional.

Crack Rodríguez participó en esta cuarta edición con un Ready made que llamó “Prototipo del recreo”. 

Tal realidad también afecta a Michel Langlais, miembro de la junta directiva del Marte y uno de los jurados del IV Hocus Pocus, junto al invitado especial y Rafael Alas.  

“Es que aquí no hay una estructura para apoyar, las galerías son pocas, no tienen recursos para invertir. Y hay algo ancestral en El Salvador, no se apoya a los artistas. El guatemalteco tiene más espíritu nacionalista y el éxito de México es eso. El salvadoreño que puede comprar obra prefiere invertir en arte extranjero”.

“De la serie YO Y MI SOMBRA”, obra de Negra Álvarez (El Salvador). Fotografía invertida, 25 x 18 centímetros 

Programas como Hocus Pocus luchan por poner en vitrina todo ese talento local que ha logrado hacer ruido en el extranjero y captar la atención del mundo del arte internacional.