Cientos de despidos, bombas y protestas complican a Evo

La mayor textilera estatal cerró por falta de mercados y dejó cesantes a más de 800 personas

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elsalvador.com

Por Agencias Internacionales

2016-05-18 8:30:00

LA PAZ. La policía antimotines evitó ayer que manifestantes tomaran por la fuerza una fábrica en La Paz tras una multitudinaria protesta de obreros contra el cierre de la mayor textilera estatal que dejó cesantes a más de 800 personas, en uno de los más fuertes conflictos contra el gobernante Evo Morales en seis años.

Un manifestante se voló una mano cuando detonó una carga de dinamita a pocos metros de los policías que resguardaban la fábrica, otras dos personas resultaron heridas al ser alcanzadas por pedazos de tierra provocadas por las cargas de dinamita y más de 25 trabajadores fueron detenidos por la policía, según el subcomandante de la policía, coronel, Abel De La Barra.

Los agentes dispersaron la protesta con gas lacrimógeno y hubo heridos y detenidos.

La Central Obrera Boliviana, aliada política de Evo, apoyó la protesta a la que se unieron unos 5,000 trabajadores de fábricas en solidaridad con los despedidos. La Central es el sindicato de trabajadores más grande del país, que hace seis años apoyó en una protesta contra el gobernante boliviano tras un decreto que subía el precio de las gasolinas que 5 días después fue derogado tras fuertes presiones.

La Empresa Nacional de Textiles cerró operaciones el lunes ante la falta de mercados por un decreto del gobernante dejando cesantes a unos 800 obreros que el martes quemaron retratos Evo.

“Los gobiernos neoliberales despedían sin compasión y ahora un gobierno indígena aplica la misma receta y deja más de 800 familias en la calle”, dijo Gerónimo Cori, dirigente sindical de la Empresa.

“Evo, decías que todo cambiaría” gritaban los manifestantes que exigen la derogación del decreto que ordena el cierre de esa fábrica, pero el ministro de Economía, Luis Arce, dijo que las empresas estatales deficitarias no serán subsidiadas, para no poner en peligro la estabilidad económica que ha sido la mayor fortaleza de Evo desde que asumió en 2006.

El gobierno invirtió más $20 millones para comprar y levantar esa fábrica que entró en crisis desde la pérdida del mercado de Estados Unidos tras la expulsión del embajador de ese país ordenada por Evo a finales de 2008 por supuesta injerencia en asuntos internos de este país.

El entonces gobernante venezolano Hugo Chávez abrió el mercado de Venezuela a los textiles bolivianos, pero el alivio duró poco por el deterioro económico de ese país. Morales compró la fábrica en 2011 para rescatarla de la quiebra.

El gobernante imprimió un fuerte estatismo a la economía y ha creado más de medio centenar de empresas públicas pero no todas son rentables. En octubre de 2015 ordenó el cierre de la Empresa de Construcción del Ejército, a la que equipó con un crédito de China por $50 millones de dólares.

La caída de ingresos por exportaciones de gas natural y minerales, principales productos de exportación, está provocando una desaceleración económica que el gobierno hace frente con una fuerte inversión estatal mediante créditos contratados preferentemente de China.