O nos dan más dinero o nos dan más dinero…

Más dinero no necesita el gobierno. Lo que debe hacer es reducir gastos, eliminar de las nóminas estatales a las decenas de miles de personas que no desempeñan funciones de ninguna importancia.    

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Rafael González, ganó el torneo del ránking naciobak U 16.

/ Foto Por LME

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2016-05-22 7:48:00

Amenazan con decretar más impuestos si no les aprueban la emisión de bonos, sin que les importe el efecto que tendrá sobre la economía.

De ahora en adelante, todo préstamo que el partido en el poder haga o proponga será “para seguridad”.
 
En un tiempo se justificaba pedir préstamos enarbolando la bandera de “la salud” o “la educación” pero por un buen rato lo único que va a sonar es “la seguridad”, aunque en cualquier momento se pueda hablar de “la crisis del agua”.
 
Dicen que necesitan dinero y a la vez el Minec ha avalado la contratación de doscientos treinta empleados con altos salarios. Y puede  la gente estar segura de que dinero que se apruebe será para sostener a más personas sin oficio útil.

Dar más dinero al actual grupo en el poder equivale a echar más agua al océano Pacífico. Nunca les va a alcanzar.

En esto de la seguridad hay dos graves problemas. El primero es que el gobierno  no ha presentado un plan de seguridad que sea sostenible y coherente en sus partes, lógico en su aplicación, que pueda ajustarse de acuerdo con las circunstancias y que además cuente con los mecanismos que determinen fallas y responsabilicen a quienes no desempeñan con eficiencia sus funciones.

Más grave todavía es que ninguna de las propuestas de seguridad plantea la lucha contra la delincuencia como un problema regional y, por lo tanto, incorpore al esfuerzo local, la asistencia y participación de agencias y cuerpos policiales externos.

El gobierno quiere que el país apruebe el dinero, dinero que toca después pagar a todos los salvadoreños, para luego elaborar los programas.
Lo que son estos programas lo demuestra el operativo reciente en La Campanera: llegaron los blindados de la policía pero se quedaron en las calles principales, donde no hay problemas muy serios, sin irse a los pasajes, donde la gente está secuestrada por los pandilleros.

El segundo problema es el grave problema del país: que los programas de seguridad siguen manejados por los mismos que vienen fracasando una y otra vez.

 
Los préstamos los pagan
todos los salvadoreños 
 

Los que capitanean el partido comunista, o una porción de ellos, se fotografiaron para presentar la petición de nuevos impuestos, pero sin que estuviera el ministro de Hacienda que es, en teoría al menos, la persona encargada de los asuntos fiscales
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Más dinero no necesita el gobierno. Lo que debe hacer es reducir gastos, eliminar de las nóminas estatales a las decenas de miles de personas que no desempeñan funciones de ninguna importancia, los activistas políticos, los grupos de vociferantes de las manifestaciones, los mareros infiltrados.

Se habla de que “hacen falta ocho votos” para aprobar la emisión de bonos. Más de algún patriota debe de estar pensando en donar su voto a cambio de la satisfacción de contribuir a más deuda del país, lo que ese patriota tendría que repensar, pues afecta su bienestar y el de sus hijos pero, primordialmente, carga sobre las espaldas de la totalidad de la población.

Sobre la espalda de los salvadoreños acosados por las pandillas, de los que han perdido su empleo por la crisis económica, de los “ninis” que ni trabajan ni estudian, de familias que se quedaron sin el hombre que traía el pan, de todos los pobres…