Centenares de católicos se reunieron ayer en la parroquia María Auxiliadora, en San Salvador, conocida como Don Rúa, para celebrar el día de la Virgen María.
Las actividades iniciaron hace varios días, con una novena en honor a la Madre de Jesús.
En la jornada de ayer participaron grupos y asociaciones parroquiales, destacando la comunidad de salesianos.
Una de las principales actividades de la novena, fue la misa de cierre celebrada ayer en la tarde en el templo, la cual se desarrolló bajo una atmósfera llena de mucha devoción y alegría.
En la ceremonia se exaltó la fe y devoción que existe hacia la Madre de Jesucristo. Entre cánticos, rezos y mensajes, transcurrió la misa oficiada en honor a María Auxiliadora.
Luego de la homilía, se desarrollo una procesión en la que participaron varios grupos y movimientos parroquiales.
Los alumnos de la escuela Domingo Savio y del Colegio María Auxiliadora, entre otros, tuvieron una destacada participación, demostrando mucha fe y devoción por la madre de Jesucristo.
Con esta jornada finalizo la novena en honor a la Virgen, aunque durante el resto del mes, habrá otras actividades enmarcadas en la celebración.
Una petición a María
Ángel Fernández, Rector Mayor de los Salesianos, en el marco de la celebración afirmo, a través de un mensaje, que “esta es una gran fiesta en la que participamos los salesianos del mundo. Todos debemos profundizar en la dimensión mariana, ya que es un sentimiento de madre y debemos tener la certeza firme como Don Bosco ,que ella lo ha hecho todo. Le pedimos que nos de entusiasmo y pasión educativa para ir al encuentro de los jóvenes”.
La iglesia católica conmemora a la Santísima Virgen bajo su advocación de “María, Auxilio de los Cristianos”.
Fueron los primeros cristianos quienes empezaron a llamar a la Santísima Virgen con el nombre de “Auxiliadora”.
El Papa Pío VII instituyó la fiesta de María Auxiliadora cada 24 de mayo para perpetuar el recuerdo de su regreso a Roma, tras su cautiverio en Francia.
San Juan Bosco fue un gran propagador del amor a esta advocación mariana porque la Virgen María se le apareció en 1860, para señalarle el lugar en Turín (Italia) donde debía ser construido un templo en su honor; asimismo, pidió ser honrada bajo el título de “Auxiliadora”.
En 1863 San Juan Bosco inició la construcción de la iglesia, sin dinero, pero con la intercesión de María Santísima, cinco años después, se consagro el templo.
El santo solía decir: “Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen”.
A partir de entonces desde aquel Santuario se extiende la devoción a María bajo el título de “Auxiliadora de los Cristianos”.