Alteridad

Es un concepto que demanda despojarnos del egoísmo de ver todo desde nuestro punto de vista.

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Por Mario Aguilar Joya*

2016-05-25 9:12:00

El vocablo alteridad proviene del latín “alteritas” que se traduce como “el otro” y se refiere a la capacidad que adquirimos los  seres humanos para poder ver el mundo desde la perspectiva del “otro”, de los otros o de los demás. Es un concepto que demanda despojarnos del egoísmo de ver todo desde nuestro punto de vista.  En un sentido filosófico más amplio  es una manera de ver como el proyecto de vida y los intereses de las demás personas son validados como que fueran los propios.  Haciendo del “Yo” y “el otro”, entre el “nosotros” y “ellos” una línea menos acentuada, sobre todo cuando se trata de tomar decisiones que nos afectan a todos.

En el aspecto individual son clásicos los ejemplos de alteridad religiosa, sobre todo cuando personas de diferentes credos deciden hacer vida en común; a menos que cada uno de los participantes vea y sienta las necesidades  de su contra-parte como propias, la avenencia marital no será pacifica  y eventualmente la armonía familiar y social no serán una realidad.
 
En este mismo orden se encuentra la alteridad en cuanto a aspectos de la salud, es decir que  cuando una persona decide acompañar a un enfermo en su proceso mórbido, debe comenzar a ver el mundo desde la perspectiva del enfermo. De  no ser así,  el familiar o el acompañante sano  que no entiende la importancia de alteridad pasará  de ser un “ente crítico ayudador” a un “criticador”,  conducta que se volverá perniciosa y  solamente logrará el distanciamiento y ruptura de la relación, casi siempre con una mayor afectación y eventual empeoramiento de la persona enferma.  De mayor importancia es el hecho que el personal de salud encargado de dar atención a los enfermos comprenda no solamente el concepto de alteridad, sino también las implicaciones de la carencia de tan importante cualidad.

De la misma manera en las ciencias sociales, es necesario hablar de alteridad socio-cultural en donde para poder tener una convivencia adecuada, se hace imperioso que nos coloquemos en la perspectiva de las personas que nos rodean.  Haciendo que la presencia del “otro” o de los “otros” sea necesaria no solamente para la constitución del propio yo, sino que más importante aún para la construcción de la inter-subjetividad. Entendiendo esta intersubjetividad como el proceso por el cual compartimos nuestras vivencias y conocimientos con los que nos acompañan en el diario vivir en la sociedad.

No hay duda que el egoísmo es una de las causas de la falla en la alteridad. El ver todo solamente desde nuestra perspectiva, haciendo caso omiso a las necesidades y puntos de vista de los demás ha hecho de nuestras sociedades occidentales centros de aislamiento e individualismo que minan la convivencia armoniosa. En pocas palabras, mientras no pongamos en práctica el concepto tan necesario de alteridad, es decir hasta que no empecemos a ver el mundo a través de los ojos de los demás, hasta entonces no empezaremos a tener una convivencia matrimonial, familiar o social  armoniosa y plena.
 

*Colaborador de El Diario de Hoy