José Miguel Escobar, de 19 años fue ultimado a balazos por un soldado después de que presuntamente cometiera un robo, en complicidad con otro hombre, dentro de un bus de la Ruta 133 A, en Santiago Nonualco, La Paz.
Una de las víctimas llamó por teléfono a un familiar para narrarle lo que ocurría y este alertó a unos soldados que patrullaban el cantón Nahualapa, del referido municipio, según la Policía.
Los militares se apostaron en el kilómetro 50 de la carretera El Litoral y cuando vieron acercarse la unidad le indicaron al motorista que detuviera la marcha.
Los pasajeros bajaron del autobús y entre ellos intentó mezclarse Escobar.
Cuando los usuarios lo señalaron de ser uno de los ladrones, se abalanzó sobre un soldado para intentar quitarle el fusil. En el forcejeo el militar le disparó y lo mató.
El hombre vivía en la península de San Juan del Gozo, en Jiquilisco, Usulután.
Cerca del cadáver fue hallada una gorra y una mochila que contenía ropa y algunas pertenencias de las víctimas.
Mientras los investigadores procesaban la escena del homicidio, unos agentes vieron que a unos 200 metros de distancia había un hombre sospechoso que se echó a correr.
Él fue capturado porque algunos pasajeros del bus lo reconocieron como el cómplice de Escobar.
En una casa de Jucuapa, Usulután, también mataron a Juan Francisco Claros, de 18 años. Según las autoridades, él se dedicaba a pedir dinero a los usuarios de buses de la localidad pero en algunas ocasiones les robaba.