“¿Qué te pasó? Yo me caí, por ir huyendo de El Jabalí”… “Siete de junio, noche fatal, bailó tango la capital”. Estos son los cantos populares de los lugareños del volcán de San Salvador, mejor conocido como El Boquerón.
Este paisaje natural sorprende cada vez más a quienes lo visitan. Ubicado a 11 kilómetros de la capital salvadoreña y a 20 minutos de Santa Tecla, El Boquerón.
La fertilidad de su tierra permite contemplar numerosas especies ornamentales: cipreses, geranios y orquídeas; además de las fresas y cerezas que los lugareños comercializan.
El parque El Boquerón es idóneo para ver de cerca el cráter del Volcán de San Salvador. Este posee 1.5 kilómetros de diámetro y 560 metros de profundidad.
Los senderos conducen hasta el punto más vistoso del lugar. En el parque hay también cabañas que sirven de resguardo en caso de lluvia o simplemente para descansar.
El museo, que puede ser visitado al finalizar el recorrido, le muestra a los turistas la historia del volcán de San Salvador. Además ofrece otros atractivos, como imágenes, rocas volcánicas y trajes típicos con los que el visitante puede disfrazarse y tomarse una fotografía para el recuerdo.
La entrada tiene un precio de $1.00 por persona. Los adultos mayores y los niños menores de ocho años entran gratis. El parque permanece abierto al público de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, de lunes a domingo.
En sus alrededores hay comedores con precios accesibles para los salvadoreños. El combo individual de gallina asada tiene un precio de $6.50 y la sopa de gallina $1.50. También hay combos para disfrutar en familia o con los amigos. Estos incluyen: camarones, carne, gallina, arroz, 2 sopas de gallina, papas, aguacate y cuajada por $12.00.
Si el hambre no es tanta, se puede disfrutar una quesadilla. Muchos de los turistas las compran después de terminar su recorrido por el parque. El precio de una quesadilla para cuatro personas es de $2.50. También puedes encontrar atol de elote y maíz tostado, entre otros.
El Boquerón es refugio de vida silvestre: armadillos, mapaches y venados son parte del paisaje.
Si quieres hacer descensos hasta el conocido “Boqueroncito” situado al fondo del cráter, puedes solicitar guías especializados, como la Policía de Turismo (POLITUR).