¡No muchas, pero las hay! ¿Qué son?…

A lo que me refiero con “no muchas, pero las hay” es la belleza y frescura del manantial de Amapulapa en el nacimiento de la primera poza natural...

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Afición salvadoreña apoyando a la selección nacional.

/ Foto Por Tomás Guevara

Por Pedro Roque*

2016-05-28 7:32:00

Esto que parece una adivinanza, no lo es. Me refiero a sucesos que reconfortan y son buenos ejemplos que se debieran conocer muy bien desde su origen y del esfuerzo que requieren, para entender que, aquí también, quien quiere puede y si se focaliza en algo y se esfuerza, lo consigue…

En un país donde los robots son ciencia ficción, los alumnos del colegio Liceo Salvadoreño ganaron un concurso de robótica en Estados Unidos… Y ganar un concurso en Estados Unidos no es lo mismo que ganarlo aquí… Pues sí… ¡Enhorabuena para los muchachos, sus padres, sus maestros y el colegio!… Hablando sobre el tema con varios amigos, inmediatamente dijo uno: “¡Yo estudié en el Liceo Salvadoreño!…”.

Estuve el domingo pasado en uno de los frondosos balnearios de Centro América, que sería mejor si estuviera limpio, bien cuidado, las ventas ordenadas y las cosas funcionaran, pues en los servicios sanitarios para hombres, a pesar de los millones de galones de agua a solo 30 metros, no tienen agua y los usuarios deben salir y con una garrafa cortada por la mitad, traer agua de un barril para lavarlo… ¿Cuándo habrá visitado el director de los “turicentros” Amapulapa para comprobar como funcionan las cosas? ¡Y no será por falta de dinero, porque se paga por entrar!…

Pero a lo que me refiero con “no muchas, pero las hay” es la belleza y frescura del manantial de Amapulapa en el nacimiento de la primera poza natural… La conozco desde los sesenta, pero desde 1975 no había vuelto a disfrutar del agua limpia y fresca de ese manantial, y de verdad que es una de las pocas maravillas naturales de aquí.

La tercera cosa buena sucedió el sábado en la Terraza Valencia donde nos reunimos 10 de los 25 graduados de la primera promoción de bachilleres industriales del Instituto Técnico Industrial en 1965… Fíjese, hace 51 años, y compartimos recuerdos, anécdotas, historias de nuestra vida profesional y también recordamos a los que ya se fueron. Fue el mejor momento de la semana, que compensó los muchos de miedo que se sienten cuando todos los días circulamos por nuestras calles y carreteras…

Y es que la gente normal que se dedica a su trabajo y se gana su salario dignamente, de verdad deseamos que sucedan muchas más cosas buenas y queremos vivir en paz…

Pero asusta ver a un diputado que tiene treinta empleados, justificando que tienen trabajo para todos y dice, además, que cada uno de los otros ochenta y tres diputados tiene otros tantos empleados…

Fíjese: Una empresa de treinta empleados que fabrique, por ejemplo, medicamentos, puede facturar unos dos millones y medio al año y tener unos trescientos mil dólares de utilidades por los que paga impuestos, que se puede pensar sirven para pagar la planilla del señor diputado…
Pues una de las pocas cosas buenas que deseamos sucedan sería que sí tengan los dos o tres apoyos que de verdad necesitan y el dinero restante mejor sirva para reparar las goteras de los techos de las escuelas… 

Pues sí… de verdad… ¡Todos queremos que hubiera muchas más cosas buenas de las pocas que suceden!…

Pase un buen domingo.

*Columnista de El Diario de Hoy.
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