Todo el tiempo vociferan las mismas diatribas

¿Qué le espera a El Salvador cuando la insultadera frente a la sede de ANEP es lo que se escucha una y otra vez en las marchas que con harta frecuencia paralizan el tráfico de la ciudad? 

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2016-05-29 7:18:00

Un grupo de vociferantes sujetos atacó las instalaciones de ANEP, quemó llantas y gritó las usuales consignas rojas, prácticamente las mismas con que el partido en el gobierno ataca a la gremial, denunció su presidente, Luis Cardenal.
 
No debe extrañarse el señor Cardenal de esa coincidencia. En Buenos Aires, en Budapest, en Palermo los manifestantes comunistas montan iguales griteríos, hacen las mismas “acusaciones”, se comportan con igual bajeza.

Sus líderes profieren las mismas diatribas e inclusive van exaltándose más y más siguiendo un igual patrón verbal: después de las acusaciones de explotadores viene lo del imperialismo y suben el tono; luego se exaltan al denunciar “la injusticia” y así aumentan el volumen hasta que llega el momento en que dan fuego a las llantas o a la bandera de Estados Unidos, como en un memorable incidente que sucedió hace algunos años en San Salvador.

Lo especial del bochinche de la semana anterior es que tuvo lugar en una etapa en que personeros del gobierno se sientan con miembros de ANEP para encontrar un terreno común de entendimiento.

Que la real o imaginaria indignación, la violencia, los insultos estén tan a flor de piel sean tan viscerales, debe preocupar a toda la gente normal de un país, pues indica que son pasiones incontrolables pero asimismo primitivas, como cuando Maduro se pone a despotricar e insultar al gobierno español o al ABC.

¿Qué salida civilizada puede haber para los males y la catástrofe venezolana con energúmenos a la cabeza del régimen en el poder?

¿Y qué espera a El Salvador cuando la insultadera frente a la sede de ANEP es lo que se escucha una y otra vez en las marchas que con harta frecuencia paralizan el tráfico de la ciudad?

¿Es que ningún pueblo aprende de sus errores? 

La mayoría de personas que pertenezca al movimiento comunista no parece estar inmune a tales exaltaciones. Van los de aquí a Venezuela, suben al podio de los jerarcas y en ese instante repiten acusaciones, como si nada anormal sucediera en un país que ha caído en la lipidia casi total y se ve forzado a vender parte de sus reservas de oro para continuar funcionando.

Esto lleva al grave problema que amenaza al mundo en estos momentos: que demagogos, ignorantes, agitadores, individuos que no tienen mayor noción de cómo opera un país, “mueven a las masas” y las mueven a apoyar las peores tonterías.

Por si nuestros lectores lo han olvidado, en la antigua Grecia “demagogo” era el apelativo del esclavo que llevaba a los niños a la escuela.

Por eso, cuando muchos analistas califican a Sanders, el candidato populista a la presidencia de Estados Unidos, se refieren a un hombre que no entiende cómo funciona la economía, llevando tras de sí a personas todavía más ingenuas que creen en la posibilidad de que les sirvan almuerzos gratis.

Lo lamentable es que cada generación tiene que aprender ciertas lecciones en su propio pellejo. Uno se pregunta si los venezolanos dentro de 30 años estarán inmunes a otro Carlos Andrés Pérez o, más todavía, a otro Chávez, o se repetirá el ciclo.

El colmo es que en España un partido que dirige un apadrinado por el chavismo está bien colocado electoralmente…