La esperanza británica

Londres eligió a su primer alcalde musulmán por motivos diferentes a la fe religiosa, seguramente. Este símbolo tendrá implicaciones más allá de las previstas, y será un ejemplo contundente que la convivencia multicultural pacífica es posible.

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Foto Por elsalv

Por Carlos Alberto Guzmán*

2016-05-30 8:34:00

Nunca pude soñar que alguien como yo podría ser elegido como alcalde de Londres”: Sadiq Khan.

El 5 de mayo, los ciudadanos de Londres acudieron a las urnas a elegir un nuevo Alcalde, al sustituto del polémico Boris Johnson. Entre los varios candidatos, únicamente dos tenían posibilidades reales: Sadiq Khan, del Partido Laborista, y Zac Goldsmith, del partido Conservador. Al final, el primero ganó cómodamente la elección (alrededor del 56% de votos). Lo más impresionante es que su victoria tendrá implicaciones globales porque Sadiq es el primer musulmán en gobernar una de las capitales del mundo moderno.

La historia de Sadiq es la de un hombre que superó las adversidades de la vida, como muchos otros políticos exitosos. Él nació en un barrio pobre y en una familia numerosa. Siendo inmigrantes paquistaníes, su familia se adaptó a la vida británica. Su padre se ganó la vida conduciendo los famosos buses rojos de Londres, mientras su madre era costurera en casa. Sadiq es abogado de profesión, y político de carrera con experiencia en el Parlamento y el Ejecutivo. Sin duda tiene muchos detractores, pero su historia es el reflejo de un país que abre las puertas a muchos inmigrantes para forjar sus vidas y hacer grande a esa nación. 

Esta victoria política es un símbolo de algo más. Sadiq ganó con una mayoría, en una ciudad donde únicamente el 12% profesan el islam como su religión. En un país donde muchos musulmanes están siendo acusados de involucrarse en actividades terroristas. En una época de la historia donde los estigmas de terror y guerra están fuertemente asociados a las creencias religiosas del islam.  Por eso, esta elección es una inspiración y un llamado a soñar que otro camino posible.

El Reino Unido ha liderado con su ejemplo en distintas coyunturas de la historia, y hoy debe hacerlo de nuevo. Sadiq tendrá los desafíos normales que cualquier político debe afrontar al administrar una ciudad de 12 millones de personas, pero además tiene un doble reto histórico: derribar esos prejuicios peligrosos en contra de los musulmanes, e incentivar a los musulmanes a integrarse a los valores occidentales. No será tarea fácil ninguna de las dos, pero tendrá el apoyo de muchos buenos ciudadanos.

Las sociedades occidentales han desarrollado ciertos principios comunes a lo largo de los siglos. El respeto a la vida, a la dignidad humana, a la igualdad y a la libertad del otro nos definen como ciudadanos de una misma sociedad, sin importar nuestra raza, género, religión, nación o preferencia sexual. Su implementación es un reto permanente, pero el consenso sobre su existencia y búsqueda permanente es un elemento unificador en nuestras sociedades. Precisamente estos elementos nos separan de quienes nos quieren aterrorizar y no respetan esos principios.

Los símbolos en la política van más allá de las banderas, también incluyen las personas. Londres eligió a su primer alcalde musulmán por motivos diferentes a la fe religiosa, seguramente. No obstante, este símbolo tendrá implicaciones más allá de las previstas, y será un ejemplo contundente que la convivencia multicultural pacífica es posible, lograble y deseable. Esta elección es una esperanza para el Reino Unido, Europa y el mundo dentro de la locura de los conflictos, incluso aquellos impulsados por la religión. 
 

*Colaborador de El Diario de Hoy.
@lapapaguzman